«Soy un gran bocadillero»

- Sí, ¿por qué no? A mí si me das unas alitas de pollo o unas gambas, yo les voy a meter mano.

- ¡Claro! ¡Por muy elegante que sea el restaurante! Como en casa. Si hay un buen pan y una buena salsa de chipirones en su tinta le voy a pegar un rebañadito...

- Me encantan las manitas de cerdo y de cordero y se me quedan los dedos pegajosos. Ahí sí que me chupo los dedos literalmente.

- Soy mucho más 'salao' que dulce.

- Pues le llaman la 'trituradora'...

- Porque soy de mucho apetito y no hago ascos a nada. Como absolutamente de todo, por eso me llaman la trituradora.

- Me pone muchísimo. Me pongo nervioso de lo que me gusta.

- Como mucho, pero también ando mucho. Esa es la clave. Si solamente comiera y después me sentara delante de un ordenador, pesaría 30 ó 40 kilos más.

- CLM, Comer La Mitad, dieta que anuncio desde hace 20 años en la televisión. ¡Y funciona!

- Hombre, claro. He tenido muchos hijos y han sido los hijos de un gran bocadillero.

- En clase era una catástrofe. No conseguía aprobar en nada; solo aprobaba religión y gimnasia.

- Toco el cielo cada vez que voy al gallinero y meto mano a las gallinas para recoger los huevos.

- Me están respetando hasta ahora. Soy de los que paseo dos o tres horas al día y si haces eso, los análisis te dan bien.

- (Risas). ¡Tampoco estoy delgado! Me sobran cuatro o cinco kilos. Estoy en la medida justa. Creo que soy el cocinero en el que hay que fijarse (risas).

- No me sentaría muy bien porque me notaría que me sobran esos cinco kilos.

- A los hombres les digo que cocinando lo tienen más fácil. Las mujeres son listas, y si cocinas bien y eres un poco limpio y ordenado, tienes mucho adelantado.

- Al principio por el pico. Después empecé a comer de lo que ellos tenían en casa porque yo no tenía nada. Me acuerdo que mi difunto suegro me dijo un día: '¿Tú a qué has venido, a comer o qué?'. Le dije: 'A comer y a por ella'.

- Lo de los fans es increíble. No sé si habrá casa más fotografiada en España que la mía. Todos los días llegan a Zarautz autobuses con gente de excursión buscándome.

- De todo: que cante, que cuente chistes, que les dé una receta... y también ellos me cuentan chistes y sus recetas. Me hablan prácticamente todos.

- No sé. Alcanzar las tres estrellas en cualquier cosa es muy difícil.

- Perejil les falta a casi todos; lo que tienen es el caldo gordo. Tendrían que aligerar las salsitas y meterle un poco más de perejil, que tiene vitamina C a manta.

- Impongo a los que no me conocen, pero yo soy un tipo muy sencillo. Agradezco mucho cuando cocinan para mí.

- Cuando me lo quito y cuando me lo pongo. Con 25 años creía que la leche limpiadora y la crema hidratante eran un horror, pero ahora que voy a hacer 63 me encantan tras tanto maquillaje.

- Unas zapatillas para andar nuevas, porque con las otras ya me aparecía el dedito gordo por arriba.