Protesta de un grupo de jóvenes ante la residencia de Netanyahu. :: GALI TIBBON / AFP
MUNDO

Netanyahu cede ante sus indignados

El primer ministro de Israel se compromete a negociar con los jóvenes que protestan por el alto coste de la vida

JERUSALÉN. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El alto coste de la vida y, en particular, de las viviendas en Israel ha movilizado a más de 150.000 indignados que el pasado sábado llegaron a protagonizar una de las mayores manifestaciones de la historia del país. El efecto contagio de las protestas, que se iniciaron en dos semanas por iniciativa de grupos de jóvenes y se han extendido a distintos sectores sociales del país, comienza a pasar factura al Gobierno de Benjamin Netanyahu, que ayer anunció la creación de un equipo ministerial para negociar con los líderes de las revueltas.

Durante su reunión, el primer ministro de Tel Aviv prometió cambiar las prioridades de su Ejecutivo, aunque matizó que los cambios tendrán que desarrollarse «de forma responsable» para evitar «los pasos populistas y apresurados» que pueden llevar «a la bancarrota». «Somos conscientes de las dificultades y el alto coste de la vida en Israel. Algunas de las reclamaciones están justificadas y otras no», admitió Netanyahu.

«Podemos dar los pasos necesarios , pues nos hemos comportado con responsabilidad financiera. Nuestro nivel de desempleo es el más bajo en el mundo occidental», resaltó el jefe de Gobierno. No obstante, pese a que el país espera terminar el 2011 con un crecimiento del 5,7% y la tasa de paro en mayo se situó en un mínimo histórico con un 5,7%, las promesas de Netanyahu no han convencido hasta ahora a los manifestantes. Según estimaciones del Gobierno, los indignados reclaman a las autoridades que inviertan 60.000 millones de shekel (12.267 millones de euros) en educación y vivienda, lo que supondría un aumento de un 20% en los presupuestos del Estado.

División del Gobierno

Las concentraciones populares han dado paso a la división en el seno del Gobierno. Ayer presentó su dimisión el director general del Ministerio de Finanzas, Haim Shani, a quien el propio primer ministro había calificado de «inepto» por no reaccionar adecuadamente a las protestas. En su carta de dimisión, dirigida al titular de Finanzas, Yuval Steinitz, Shani atribuye su renuncia a las «diferencias de opinión y el desacuerdo en el modo de proceder en el trabajo de cada día». «En estas circunstancias no puedo realizar como debo mi labor», zanjó.

A partir de esta misma semana, Netanyahu pretende traspasar parte de la autoridad del Ministerio al director de la Jefatura del Gobierno, Eyal Gabai. Mientras tanto, el Parlamento hebreo (Kneset) estudiaba ayer suspender sus vacaciones para responder a las demandas de la población. La jefa de la oposición y exministra de Exteriores, Tzipi Livni, pidió al presidente de la Cámara, Reuven Rivlin, que prolongue el periodo de sesiones -que debía finalizar este jueves y reiniciarse a finales del próximo mes de octubre- para poder debatir una legislación que satisfaga a los manifestantes.

«La Kneset no puede iniciar el receso. Debe continuar trabajando porque no es el momento para que la Cámara coja vacaciones. Las reformas que respondan a lo que está ocurriendo en las calles debe venir de la Kneset», aseguró Livni al periódico 'Yediot Aharonot'.