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De hospicio al abandono, pasando por un centro educativo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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'Valcárcel recuperado' asienta sus argumentos para reabrir el espacio al público en su innegable pasado de servicio al pueblo. De hecho, desde su realización en 1764 el edificio Valcárcel ha tenido un importante fin social. Los orígenes del edificio están vinculados a la donación del Marqués del Real Tesoro, que aportó parte de los recursos necesarios para la realización del gran inmueble. El inmenso edificio articulado en tres patios sirvió durante años como hospicio para los gaditanos, en el que se incluía zonas del inmueble para personas dementes y ancianos, entre otros. De hecho, en la segunda mitad del siglo XIX el edificio llegó a albergar en su interior a 12.000 personas más el personal del edificio. Tal fue la cantidad de ingresados que el ala de dementes tuvo que ser trasladada al antiguo convento de Capuchinos.

Durante el siglo XX pasó a convertirse en un centro educativo público. El mal estado de conservación llevó al cierre del centro, cuya propiedad última es de la Diputación Provincial, a principios del siglo actual. Fue en ese momento en el que se inició el proceso de privatización para intentar convertirlo en un hotel de cinco estrellas. Sin embargo, tras varias negociaciones infructuosas, el proceso privatizador quedó en suspenso a la espera de una resolución del acuerdo con Zaragoza Urbana, la empresa que iba a realizar el hotel.

Desde el punto de vista artístico, la Institución Valcárcel destaca por su sobrio carácter neoclásico en forma de pilastras de piedra ostionera adosadas a la fachada principal. El edificio conserva, además algunos elementos decorativos de pervivencia barroca, como explica la 'Guía arquitectónica de Cádiz de Jiménez Mata y Malo de Molina. En su interior, muy retocado por una intervención en los años 60, se conserva la fachada de una iglesia que nunca se llegó a construir.

Los materiales constructivos combinan la piedra ostionera con materiales nobles como el mármol que compone la portada, articulada con capiteles de orden dórico. Una suma de elementos de orden clásico que fue proyectado por el conocido arquitecto Torcuato Cayón.