22 M | elecciones municipales | el reportaje

Los fontaneros de la campaña

Un batallón de voluntarios se encarga cada día de allanar en la calle el camino a los candidatos con el reparto de propaganda y los preparativos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Detrás de cada candidato hay un equipo humano que trabaja en la trastienda electoral con los preparativos y la logística. Son los fontaneros de la campaña. Este batallón de jóvenes, jubilados, parados y ocupados es la cara oculta de la política, que dedica su tiempo libre a allanar el camino en la calle al cabeza de lista de su partido. Los voluntarios echan el resto durante estas dos semanas y su única recompensa es lograr el próximo domingo una buena cosecha de votos para el partido que defienden. Martín Vila tiene 26 años y desde el pasado 6 de mayo conjuga cómo puede sus horas de estudio con el reparto de propaganda de IU. No es el único que acompaña al candidato por Cádiz, Sebastián Terrada, en sus encuentros con el público. Una docena de jóvenes simpatizantes de esta formación política se patea la ciudad a golpe de pedal o en autobús, «para llegar con el mensaje a todos los barrios». Miguel Porra tiene 27 años y está paro. Reconoce que este trabajo es un compromiso con el partido y no se cobra por ello, «es un esfuerzo que reconforta».

El tiempo y el dinero son los dos factores muy importantes que intervienen en la organización. Ambos escasean. Santiago Jiménez tiene 51 años, es funcionario de Diputación y miembro del comité de campaña del PSOE. Sabe muy bien cómo dividir el tiempo para estar en dos sitios a la vez y es capaz de hacer juegos malabares para multiplicar los recursos económicos. Su experiencia como alcalde de Algodonales entre 1995 y 1999 le han aportado esa sabiduría tan necesaria para sacar rendimiento a la campaña. Los socialistas cuentan con unas cien personas dedicadas al trabajo electoral. Santiago Jiménez aclara que la labor del voluntariado socialista no comenzó el 6 de mayo con el pistoletazo de salida de la campaña sino que se inició cuando Marta Meléndez fue designada candidata a la Alcaldía de Cádiz por el PSOE a mediados de septiembre. Entonces un grupo de personas comenzó a rodar y entablar contactos con las asociaciones de vecinos. Ese esfuerzo que comenzó hace ocho meses empieza ahora a dar sus resultados. Más de un millar de personas han acudido a reuniones y encuentros con las candidatas.

Ahora, los voluntarios se encargan de llevar el mensaje puerta a puerta. Santiago Jiménez destaca como una docena de miembros de la candidatura de Marta Meléndez también participa activamente en la campaña y tienen que compatibilizar su trabajo y familia con las salidas a la calle y la ayuda en los mítines. Uno de los ejemplos de esta dualidad entre la jornada laboral y el horario electoral lo representa Francisco Jacome, miembro de la candidatura que trata de ganar tiempo al reloj y combinar su trabajo de profesor con el de político. Los voluntarios socialistas se preparan esta semana para buzonear la ciudad con el programa de Marta Meléndez.

Los partidos no dejan nada a la improvisación. Pocas cosas están fuera del guión. Los coordinadores de campaña fijan con un día de antelación la ruta a seguir. Los lunes es día de Piojito en Cádiz y uno de los principales graneros de votos de los partidos. Sebastián Terrada, de IU, lo sabe y en mitad de los tenderetes se afana en explicar el contenido de su programa. Un voto se lleva a casa y es el de una vecina que le acaba de confiar su apoyo si le promete que jamás habrá toros en la ciudad. Seguro.

En el otro extremo del mercadillo, el PP hace lo propio con Teófila Martínez a la cabeza. Mientras la candidata despliega su mejor cara, el joven Álvaro García-Ripoll descarga todo el arsenal de bolsas, abanicos y folletos que repartirán los miembros de la candidatura popular. Este joven, de Nuevas Generaciones, es un activo del partido en cuanto a labores de logística. Igual que Mari Paz González, número 23 de la candidatura popular de Cádiz.

Con menos parafernalia y más imaginación participan en la campaña los simpatizantes de Unión Progreso y Democracia (UpyD) donde los recursos económicos son casi inexistentes. El cabeza de cartel por Cádiz, Manuel Pérez Fabra, reconoce que es una labor en la que «participa toda la familia, la afición y los amigos». Así, los gastos de la campaña «se pagan a escote y el que pueda aportar una idea propia, la desarrolla en su casa». Este es el caso de Adrián Guerrero, afiliado al partido e informático de profesión, que Junto con Andrés Sánchez se ha encargado de poner el programa en las redes sociales y llevar el mensaje gaditano de UPyD a internet. Ambos son los responsables de la apertura del canal en Youtube donde han colgado el vídeo de campaña titulado 'Stars hartos', donde representan una parodia de la guerra de las galaxias «en la que Cádiz ya está harta de Teófila Martínez».

El equipo de voluntarios de este partido lo forman unas siete personas que se encargan cada día de repartir folletos por las calles y organizar los previos de los actos de campaña. Fabra reconoce que con un presupuesto de 1.250 euros «pocas cosas se pueden hacer». De esta forma, son las mujeres del partido y los familiares los que se encargan de ir al Piojito los lunes a comprar flores para decorar los escenarios donde se darán los mítines. Las banderas y los carteles se fabrican en casa.

El tiempo y el dinero son el Talón de Aquiles de los partidos pequeños. Más de diez horas le dedica al día Juan Manzano a su trabajo como voluntario del Partido Andalucista (PA). Está prejubilado y dispone de más tiempo que el resto para la campaña, aunque reconoce que esta labor le cuesta dinero. La falta de recursos es patente en el equipo, que han tenido que pedir prestado el remolque con el que se desplazan a dar los mítines. Es una camioneta con la simbología andalucista que recorre barrios y calles a golpe de megáfono.

El PA cuenta con unas veinte personas dedicadas a recorrer el municipio. Se trata de un trabajo artesanal y doméstico. El propio Manzano reconoce como el cara a cara con los vecinos «se traduce en un desencanto general de la política». No obstante, les reconforta que el folleto andalucista se recoja con gratitud y muchas personas piden que el andalucismo triunfe, «como ocurre con los nacionalistas catalanes o vascos, aunque luego en las urnas este deseo no se refleja».