La muerte de sirios a manos del régimen no cesa pese a la presión internacional

El régimen sirio continúa haciendo oídos sordos a las denuncias internacionales y mantiene su línea de reprimir a sangre y fuego toda manifestación que pide la marcha del presidente Bashar el-Asad. Tras las matanzas de los últimos días, ayer otras cuatro personas perecieron a causa de los disparos efectuados por las fuerzas de seguridad en la localidad de Yebla, en el noroeste del país árabe, según relataron activistas opositores.

El grupo la Revolución Siria contra El-Asad informó primero de la muerte de un joven identificado como Abdel Menem Ebied en una localidad cercana a la ciudad de Latakia, e incrementó después el número de víctimas en otra tres. El médico que atendió a Ebied confirmó que había muerto causa de un tiro en la cabeza.

El médico explicó asimismo que la situación es muy complicada en Yebla, donde civiles desarmados fueron atacados de forma indiscriminada por las fuerzas del orden, matones y francotiradores. El ataque comenzó después de una reunión con el nuevo gobernador, cuando todo estaba tranquilo. El Movimiento 5 de febrero para el cambio pacífico aseguró que las fuerzas de seguridad dispararon intensamente contra inocentes.

El grupo la Revolución Siria explicó, por su parte, que tres personas fallecieron cuando salían de la mezquita de Abu Bakr al-Sadiq. Entre ellos estaba Ebied, y otros dos jóvenes identificados como Wadah Dain y Hasan Setegri. Según este colectivo, las fuerzas del orden establecieron barreras en los alrededores del templo para impedir el movimiento de los jóvenes.