El presidente de Diputación, Francisco González Cabaña, saluda de forma efusiva al nuevo delegado, Manuel Jiménez Barrios. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

El nuevo delegado del Gobierno reclama la «unidad» de todos para superar los problemas

Jiménez Barrios toma posesión del cargo arropado por el consejero Menacho y una amplia representación de la sociedad civil y política de la provincia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Unidad y consenso fueron las dos palabras más repetidas ayer en la toma del posesión de Manuel Jiménez Barrios como delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz. La aplicación sin fisuras de ambos términos resulta ahora clave para afrontar los problemas y salir de la crisis cuánto antes. No faltó nadie a la ceremonia y este fue el escenario que aprovechó, sobre todo el PSOE, para enviar un mensaje alto y claro de diálogo y buenas maneras a todas las fuerzas de la sociedad gaditana. Jiménez Barrios, que sustituye a Gabriel Almagro, estuvo arropado por el nuevo consejero de Gobernación y Justicia, Francisco Menacho, así como de una amplia representación de miembros de la sociedad civil y política de la provincia, además de las autoridades militares.

Entre las figuras más destacadas del ámbito institucional se encontraba el secretario de Estado de Justicia, Juan Carlos Campo, y la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aido, además del delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido.

Los discursos sirvieron para hacer un llamamiento a todos para trabajar de manera conjunta en favor de la provincia y superar así la crisis con el mayor grado de consenso posible. Jiménez Barrios se dirigió al auditorio y expresó su deseo firme de servir de impulso para solucionar los problemas de la provincia y aprovechó la ocasión para destacar que la Junta ha invertido en los últimos cuatro años casi 3.000 millones de euros en Cádiz, «el mismo dinero que España ha ofrecido a Grecia para contribuir al Plan de Ayudas de la Unión Europea para su rescate».

Las palabras de Jiménez Barrios fueron seguidas con especial atención, sobre todo, en el momento en que reclamó el esfuerzo y el compromiso de todos para sacar adelante a la provincia. Sabe que no es una tarea fácil, «hay que seguir peleando y reforzando la comunicación».

Reconoció que aún queda mucho trabajo por hacer y el principal objetivo son los 177.000 parados con los que cuenta la provincia, según el cuarto trimestre de la EPA de 2010. En este punto, el nuevo delegado del Gobierno en Cádiz insistió en el principio de unidad social en los momentos más difíciles para generar con ello un estado de «confianza». Aclaró que se trata de «un reto de todos». Señaló que la Administración tiene la responsabilidad de crear las condiciones para que los empresarios generen empleo, pero «mi obligación hoy es llamar al esfuerzo colectivo, a la unión y a las capacidades para dejar de lado la reivindicación por la reivindicación».

Este es uno de los encargos que le ha transmitido el presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Indicó que en estos momentos es cuando más se necesita a la política y a los políticos. Así, aludió al problema de Alestis y se refirió sin tapujos a la necesidad de llegar a un acuerdo con la empresa para la retirada del expediente de regulación de empleo. Jiménez Barrios, lejos de entrar en debates políticos, incidió en servir como interlocutor, de mediador y de impulsor. Terminó su alocución con una alusión al expresidente de Brasil, Lula da Silva, que estuvo el pasado viernes en Cádiz para recoger el premio Cortes de Cádiz y aseguró que «no todo está perdido».

A continuación tomó la palabra el consejero Menacho, que agradeció el trabajo de Gabriel Almagro al frente de la Delegación de Gobierno durante el último año y destacó también la necesidad de alcanzar la unidad para capear el temporal de la crisis. Aludió a Séneca para reconocer a Almagro y dijo que «el fin de un trabajo es el principio de otro». En ningún momento se aludió al exconsejero de Gobernación, Luis Pizarro, que dimitió hace dos semanas de su cargo en el Gobierno andaluz. Menacho, con un discurso más técnico que Jiménez Barrios, se refirió también al reto del Bicentenario y negó que la gestión se haya paralizado por los cambios en su equipo directivo.

El salón de Actos de la Delegación de Gobierno de Cádiz registró un lleno total con autoridades de pie en los pasillos laterales. Menacho no dudó a la hora de exponer la difícil situación económica por la que atraviesan los ayuntamientos y aprovechó la situación, el salón estaba plagado de alcaldes, para advertir que la Junta había tomado medidas con el fin de aumentar la financiación de las entidades locales, pasando de 200 millones en 2010 a una aportación de 420 millones para 2011, «hasta llegar a los 600 millones de euros en 2014».

El nuevo consejero hizo referencia a los planes para agilizar la construcción de las ciudades de la Justicia y recordó a Jiménez Barrios que una de sus competencias es la seguridad ciudadana. No pasó por alto el tema de la Memoria Histórica y reconoció que se trata de una obligación moral y legal de toda la sociedad. Menacho también hizo hincapié en el desarrollo de Las Aletas y adelantó que se superarán todos los reveses judiciales para sacar el proyecto adelante. Al igual que Jiménez Barrios, el consejero apeló a la unidad, al diálogo y al talante conciliador para afrontar los desafíos que tiene la provincia. Sabe que son momentos difíciles y recordó «que al buen marinero no le gusta salir a navegar con la mar en calma».