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Los Gadafi buscan salidas en contactos con la coalición

Servicios occidentales de Inteligencia acosan a los próximos al líder con mensajes en los que les dicen que conocen su localización exacta

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El régimen libio ha entablado un diálogo con el Gobierno británico sobre la búsqueda de una salida a la incipiente guerra en el país, en el que, según el portavoz del primer ministro británico, David Cameron, la exigencia de Londres es que «Gadafi debe irse» y en el que que no se se le ofrecerá inmunidad ante un posible juicio ante el Tribunal Penal Internacional.

'The Guardian' reveló ayer que Mohamed Ismail, un ayudante de Saif El Islam -el hijo del dictador que había extendido en Reino Unido una notable red de influencia proponiéndose como un reformista- estuvo la pasada semana en Londres manteniendo conversaciones con representantes del Gobierno, cuyo contenido no ha trascendido.

La confirmación sobre la apertura de canales de comunicación entre el régimen libio y los principales países occidentales en la coalición internacional llegó de boca del ex primer ministro libio Abdul Ati El-Obeidi, quien declaró a Channel 4: «Estamos intentando hablar con británicos, franceses y americanos para parar la muerte de personas. Estamos buscando una solución mutua». 'The Sun', por su parte, afirmaba ayer que los servicios de inteligencia de la coalición llaman y envían mensajes de texto a miembros del entorno cercano a Gadafi en los que les explican que conocen su localización exacta y les recuerdan la fiabilidad de los misiles Tomahawk.

Mientras tanto, la elección de Londres como destino de la fuga del exjefe de inteligencia y exministro de Exteriores, Musa Kusa, se aclaró en parte ayer cuando la persona con la que había establecido contacto en la capital británica, Noman Benotman, explicó algunas circunstancias de la llegada de Kusa a Inglaterra, donde permanece en una mansión gubernamental. Benotman dijo a la BBC que no existen pruebas para juzgar a Kusa por participación directa en los atentados contra los aviones de Pan Am y de Uta o del suministro de armas al IRA. «Vino aquí porque cree en este sistema, independientemente de los resultados», dijo el disidente libio establecido en Londres.

Nacido en una familia aristocrática en la corte del exmonarca libio Idris, Noman Benotman fue atraído por el islamismo fundamentalista. Formó parte de la guerrilla afgana contra los invasores soviéticos en los 80 y fundó y dirigió, a su regreso, el Grupo Libio de Combate Islámico. Más tarde, en Sudán, se conectó con el liderazgo de Al-Qaida. Pero ya en Londres, y tras un tiempo en los círculos locales del fundamentalismo, cambió de opiniones y hoy es directivo de la fundación Quilliam, que acoge a grupos que quieren abandonar su extremismo. Hace unos días, en el grupo de estudios Policy Exchange, ofreció su punto de vista sobre la crisis en su país, donde estuvo hasta el 19 de febrero. Benotman cree que la estructura tribal y la ausencia de partidos obligará a una transición de dos años, con posible gobierno militar, para evitar la caída en el caos. Cree que el terrorismo islamista no tiene futuro en el país. Y aseguró que si la situación actual «no se ha resuelto en diez o quince días, estaremos dentro de un año aquí hablando de Libia».