Un refugio de lujo para el exmandatario y su familia

Hosni Mubarak se refugió ayer con su familia en el palacio de Sharm el-Sheij, a la orilla del mar Rojo, donde el hasta ahora presidente egipcio pasa habitualmente largas temporadas cada año. La residencia de esta turística localidad del sur de la península del Sinaí es una auténtica fortaleza, tanto por el palacio en sí como por su localización.

Sharm el-Sheij es una de las ciudades más seguras del país, ya que se encuentra cercada completamente por una valla y sus dos únicos accesos están controlados por las fuerzas de seguridad. La localidad ha sido hasta ahora el lugar preferido por el ya expresidente para celebrar cumbres internacionales y recibir a mandatarios extranjeros.

También ha sido, especialmente en los últimos años, cuando su salud se ha ido deteriorando, un refugio de tranquilidad para Mubarak y su familia. Por ahora se desconoce si el exdirigente elegirá ésta como su residencia ahora que ha abandonado el poder después de treinta años.

Sharm el-Sheij es también uno de los principales destinos turísticos de Egipto, especialmente por sus aguas cristalinas y sus bellos arrecifes de coral. La localidad, originalmente un pequeño pueblo de pescadores beduinos, se ha convertido en una auténtica ciudad de hoteles de lujo, completamente ajena a las costumbres y los acontecimientos del resto del país, y donde no es difícil encontrarse, por ejemplo, a turistas rusas paseando en biquini.

Pese a la fuerte seguridad, la localidad no se ha librado del terrorismo integrista. En 2005, casi noventa personas murieron, la mayor parte de ellas egipcias, por la explosión de varias bombas dirigidas contra dos hoteles y un mercado en el centro de la zona. La autoría de los atentados no llegó a quedar clara, y se especuló con que podría deberse a un grupo relacionado con Al-Qaida, pero las fuerzas de seguridad egipcias aseguraron que se trataba de militantes beduinos.