Miles de personas se manifiestan ayer por las calles de Madrid en contra de una posible negociación entre el Gobierno y ETA. :: AFP
ESPAÑA

La marcha de víctimas del terrorismo carga contra Zapatero y Rubalcaba

Los dirigentes del PP que acudieron a la protesta, encabezados por Aguirre y Mayor Oreja, reprochan a Rajoy su ausencia

MADRID. Actualizado: Guardar
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Miles de personas se manifestaron ayer por el centro de las calles de Madrid para denunciar la «tregua-trampa» de ETA y las «mentiras» del Gobierno en la lucha antiterrorista. La marcha, convocada por la plataforma Voces Contra el Terrorismo, presidida por Francisco José Alcaraz, se convirtió en un altavoz contra el Ejecutivo y la posibilidad de que Batasuna esté en las próximas elecciones municipales. Pero también fue un reproche a la dirección nacional del PP por su ausencia en el acto. Mariano Rajoy y el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, estuvieron en el centro de las críticas. A la marcha, en cambio, sí acudieron Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja.

Como ex presidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y ahora al frente de la plataforma Voces Contra el Terrorismo, Alcaraz siempre ha mantenido que nunca ha existido una «ruptura total» del proceso de negociación con ETA puesto en marcha por el Gobierno socialista tras la tregua de 2006. Con este pensamiento, los organizadores cargaron con dureza contra la política antiterrorista del Ejecutivo y advirtieron de que estarán muy atentos a las «concesiones» que pudieran hacerse al brazo político de la banda terrorista, Batasuna, para regresar a las instituciones.

Recordaron, de la misma forma, que la presencia de Acción Nacionalista Vasca en una veintena de ayuntamientos de Euskadi y Navarra «ya es un síntoma» de que el Gobierno permitió hace cuatro años que Batasuna estuviera en las corporaciones locales, lo que ha permitido al entorno político de la banda seguir financiándose «con el dinero de todos los españoles».

Los manifestaron cargaron, asimismo, contra la política penitenciaria del Ministerio del Interior -«con el movimiento de presos por beneficios penitenciarios y las 18 excarcelaciones en lo que va de año», citaron- y exigieron responsabilidades políticas a Alfredo Pérez Rubalcaba por las implicaciones policiales en el 'caso Faisán', que investiga un supuesto chivatazo a la red de extorsión de ETA.

Alcaraz aseguró que la «rebelión cívica» será siempre la respuesta a los pasos del Gobierno «que puedan dar algo de oxígeno a ETA». «Cuando hay decenas de terroristas excarcelados sin haber pedido perdón, cuando De Juana Chaos está desaparecido, cuando hay más de 40 ayuntamientos gobernados por terroristas (sic) porque así lo quiere nuestro Gobierno, creo que sobran los argumentos para salir a la calle», defendió el presidente de Voces contra el Terrorismo, mientras sostenía la pancarta con el lema central de la convocatoria: 'No más mentiras, no más treguas trampas'.

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Precisamente, Zapatero y Rubalcaba fueron los dirigentes más retratados en los carteles de los manifestantes. Un zeppelín sobrevoló la marcha en el que se podía leer: 'ZP vete ya'. Otra pancarta hacía referencia al 'Desgobierno de traidores', y una más a 'Rubalcaba, papanatas, el 'Faisán' te delata' o 'Negociación en mi nombre, no'. También se vieron las habituales referencias a las dudas sobre la autoría del atentado islamista del 11 de marzo de 2004 y se repitió el tradicional cántico 'Zapatero, dimisión'.

Entre los miles de manifestantes se encontraba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, los tres antiguos presidente del PP vasco, Jaime Mayor Oreja, Carlos Iturgaiz y María San Gil, la alcaldesa de Lizarza, la 'popular' Regina Otaola, o la eurodiputada Teresa Becerril. Su presencia contrastó con la ausencia de la dirección nacional del PP, que no se sumó al acto. Una decisión que fue duramente criticada por los organizadores de la marcha y, de forma indirecta, por Mayor Oreja, que forma parte de la cúpula popular.

El ex ministro del Interior y actual eurodiputado justificó la ausencia de su partido en que la dirección nacional había preferido «marcar su posición» en impedir que Batasuna esté en las instituciones, mientras que «otros tenemos otra posición, más cercana a las víctimas». Más distante aún se mostró la expresidenta del PP vasco, María San Gil, que justificó su abandono de la política activa en decisiones como la de Rajoy de no acudir a esta manifestación.

Por sorpresa y ya empezada la marcha apareció Esperanza Aguirre. La presidenta madrileña dijo que había decidido acudir tras observar lo sucedido esta semana, en referencia «a lo del bar 'Faisán'» y al anuncio de Batasuna de que «volverá a presentarse con esta denominación o con otra marca blanca». La 'lideresa' pidió al Gobierno que recuerde las palabras que el propio Pérez Rubalcaba dijo tras el atentado del 11-M, «queremos un Ejecutivo que no mienta», para impedir que el entorno político de ETA concurra a la elecciones de mayo. Aguirre no quiso polemizar sobre las ausencias políticas de su partido con un mensaje claro: «Cada uno puede hacer lo que quiera».