opinión

Cosas que pasan

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Cada vez me sorprenden más algunas cosas que ocurren a mi alrededor, en el día a día, y que forman parte de lo cotidiano de la vida misma. No entiendo, por ejemplo, cómo con la que está cayendo y la crisis que suponemos hay, las entradas para el concurso de Carnaval del Teatro Falla colapsen las líneas de Internet y se agoten en menos de un abrir y cerrar de ojos en pleno mes de enero. Cómo, para pillar una mesa en un bar en fin de semana haya listas de espera y cómo la gente busca dinero donde no lo hay para que las comuniones de mayo no dejen de ser bodas prematuras. Para mí sigue siendo un misterio, por mucha economía sumergida que haya. Son cosas que pasan y que es mejor no pensar por qué ocurren.

Cuidadín

En tiempos de crisis y de elecciones es fundamental cuidar los detalles y si hay algo que más moleste a los ciudadanos es saber que su dinero va a parar al estómago de algún político. Me cuentan que el otro día un importante cargo de la Junta comía en un restaurante con varias personas y que para los postres solicitaron una botella de Jhonny Walker ‘equiteta azul’, al parecer de los más caros del mercado (yo nada más que consumo gintónic cortito de Beefeater). De lo que no supieron percatarse es que junto a ellos almorzaban un grupo de empresarios que andan con la soga al cuello por culpa de las deudas que acumulan administraciones como la Junta y que estuvieron a punto de montar un pollo en público a este veterano político.

Poco movimiento

De momento, el movimiento electoral no se hace notar y hay ciudadanos incluso que desconocen que en mayo hay elecciones municipales. Lo dicen las encuestas que más de uno ha encargado depor libre para conocer su situación y su futuro político. Quizás sea ahora, en el previo a carnavales, cuando comience la precampaña, aunque la candidata socialista Marta Meléndez ya hace sus pinitos montándose en autobús (línea 1) a hora punta. Serán nuevas maneras de hacer campaña.

Wikilí del SAS

Los de la bolsa única del SAS siguen mosqueados con la administración porque consideran que tras la apertura de la bolsa el proceso de contratación no es el que esperaban. Pero este capítulo, mejor dejarlo para la semana que viene para tratarlo con más amplitud. De momento recordarle al SAS que no está cumpliendo con aquella promesa de controlar las visitas y que en algunas habitaciones suelen acumularse hasta ocho personas por enfermo, con lo que ello supone sobre todo en el caso de niños ingresados con problemas respiratorios. Son cosas que pasan y hay que contarlas.