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«Como des un paso más, te clavo el cuchillo a ti también», dijo el sospechoso

Un agente de la Guardia Civil fuera de servicio, vecino de la víctima, logró reducir en su propia casa al autor del crimen

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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La historia podría haber sido mucho más trágica, si no hubiera sido por la intervención de un agente de la Guardia Civil de paisano, que alertado por lo sucedido, redujo al agresor y presunto parricida de Chiclana.

Los hechos ocurrieron muy rápido, pero fueron relatados con todo lujo de detalles por el hermano del agente fuera de servicio a los medios de comunicación.

Alberto Moreno explicó que el autor de los hechos había estado empleado los últimos veranos como socorrista de piscina, y que no había tenido problemas de comportamiento en el vecindario hasta el momento. La vivienda donde residía junto a sus padres en la calle Centauro de la urbanización Las Menuditas de la localidad chiclanera no quedó precintada por la policía como suele ocurrir en los lugares de los crímenes.

El lugar donde ocurrieron los hechos fue durante todo el día, eso sí, un espacio atestado de informadores de diferentes medios de comunicación de todo el país, y lugar de paso, pese a tratarse de un camino sin salida, de numerosos curiosos.

Los testigos de lo ocurrido no tuvieron, al contrario de lo que ocurre normalmente en este tipo de sucesos violentos, ningún reparo en contar abiertamente lo que habían visto. Alberto, el hermano del agente que intervino, lo explicó con detalle.

Él recalcó que su hermano acudió a la casa en cuanto su cuñada fue a avisarle. La joven se encontraba paseando a su perro cuando oyó gritos y vio a la mujer de la víctima pedir auxilio.

De inmediato el barrio se movilizó. La zona, una urbanización de reciente construcción a medio camino entre el casco urbano y la playa de La Barrosa, cuenta con pocas viviendas habitadas. Se tratan en su mayoría de chalets unifamiliares tipo, en los que es difícil saber qué ocurre en su interior, y en los que en ocasiones ni siquiera se conocen los vecinos.

Pero ese no es este caso. Ildefonso Troya y su mujer Consolación eran muy conocidos por los vecinos, que eran conscientes de los problemas de comportamiento que tenía su hijo.

Ayer se cumplieron los peores presagios. Una discusión por el inminente ingreso en un centro de salud mental de Málaga del joven Enrique Alberto T.R., acabó con la vida del padre de familia, jubilado el año pasado de su profesión de maestro de escuela.

Durante toda la tarde de ayer el trasiego de coches fue constante en la zona. También se incrementó la presencia policial en el entorno. En el interior de la vivienda Los Sauces no hubo actividad.

La tragedia era visible entre los vecinos, que destacaban lo «injusto» de la muerte de Ildefonso Troya. La investigación policial determinará las circunstancias exactas del crimen, aunque en este caso la mayoría de datos ya se conocen.