El presidente Barack Obama estrecha la mano de Gene Sperling, a quien ayer nombró responsable del Consejo Económico Nacional. :: AFP
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Obama invoca la magia de Bill Clinton

El presidente nombra nuevos consejeros a hombres experimentados en maniobrar con un Congreso en contra

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Barack Obama no ha tardado en mover ficha ante el fuerte envite lanzado esta semana por el Partido Republicano, que, desde su recién estrenada mayoría en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, amenaza con abortar los principales proyectos de los demócratas en los dos años que restan de legislatura. Al nombramiento de William Daley como su nuevo jefe de Gabinete siguió ayer el de Gene Sperling al frente del Consejo Económico Nacional, uno de los cargos con más influencia dentro del equipo de asesores que rodea al presidente.

Aunque todavía restan otros relevos importantes, el inquilino de la Casa Blanca parece decidido a apoyarse cada vez más en políticos veteranos fraguados en la Administración Clinton. Si en la configuración de su primer Gabinete se atrevió a introducir algunas caras nuevas a tono con su programa reformista, en esta segunda etapa, en la que la oposición ha prometido dar la batalla en todos los frentes, todo indica que no hay lugar para más experimentos. Tanto Daley como Sperling ya saben lo que es bregar con un Congreso en contra. Si los republicanos buscan hacerle la vida imposible a Obama para impedir su reelección, estos hombres de Bill Clinton atesoran la experiencia de haber ayudado a su exjefe precisamente a eso: a conquistar un segundo mandato pese a la corrosiva oposición desarrollada por Newt Gingrich y su revolución conservadora en la década de 1990.

A diferencia del William Daley, que ha venido desarrollando una exitosa carrera en el mundo de la banca, Gene Sperling forma parte del entramado ministerial, donde venía ocupando una alta responsabilidad en el Departamento del Tesoro junto a Timothy Geithner. Su salto al Consejo Económico Nacional, el mismo puesto en el que sirvió a la Administración Clinton, ha sido justificado por Obama gracias a su «incansable» trabajo durante los años más duros de la crisis. «Una de las razones por las que he elegido a Gene es que ya lo ha hecho antes», declaró el mandatario en un acto de promoción de sus políticas de estímulo fiscal a las empresas que tuvo lugar en una fábrica de ventanas en Maryland. «Pocos cuentan con la laboriosidad, la experiencia o la integridad» de su nuevo asesor, de quien también dijo que ha convertido en su misión el objetivo de «facilitar la vida a las clases medias».

Medios estadounidenses destacaban que la larga experiencia de Sperling como negociador con los republicanos puede resultar útil ahora que los demócratas se preparan para un duro pulso con sus rivales en asuntos como el gasto público, los impuestos o el futuro de la reforma del sistema de salud. Este político de 52 años es una figura bien conocida en los círculos políticos de la capital estadounidense y tiene la confianza de pesos pesados del partido como los Clinton y el senador y excandidato a la presidencia John Kerry.

El alto funcionario del Tesoro ha jugado, además, un papel importante en algunas de las últimas y grandes batallas libradas por los demócratas en el frente económico, como la extensión de los recortes fiscales decidida a finales del año pasado. En otra etapa formó parte de la comisión presidencial encargada de resucitar la industria automovilística del país.

Además de Sperling, el presidente estadounidense anunció también la designación de Jason Furman como número dos del Consejo Económico Nacional, y su intención de promover a la economista de la Universidad de Maryland Katharine Abraham al Consejo de Aserores Económicos de la Casa Blanca, y a Heather Higginbottom como subdirectora de la Oficina Presupuestaria. Obama tiene aún pendiente la sustitución de su portavoz, Robert Gibbs, convertido ahora en asesor externo de la Casa Blanca, y la incorporación a su equipo de David Plouffe.

En su comparecencia de ayer, Obama ofreció su primera evaluación económica del año después del excelente comportamiento del consumo y la marcha ascendente de las empresas. Parte de ese escenario optimista lo achacó a los recortes de impuestos prorrogados recientemente, aunque se mostró más precavido a la hora de traducir esa mejoría en clave de empleo. «Hemos atravesado una recesión terrible, la peor de nuestra vida», recordó. «Nuestra misión ahora es acelerar la contratación y el crecimiento», para lo que estimó necesario trabajar por lograr una economía más competitiva.