El contingente desplegado en Afganistán se reforzará con otros 1.400 soldados

En pleno debate sobre la eficacia de la estrategia liderada por el general Petraeus en Afganistán, el secretario de Defensa, Robert Gates, confirmó ayer el despliegue de otros 1.400 soldados más en el país centroasiático. El objetivo es consolidar los avances logrados y redoblar la presión sobre los insurgentes, según apuntó un portavoz. Barack Obama aprobó hace un año el envío de 30.000 soldados adicionales a territorio afgano y dejó abierta la posibilidad de mandar otros 3.000 si la situación lo requería. En la actualidad, están desplegados unos 97.000 militares estadounidenses. La Casa Blanca se propone empezar a reducir el contingente a partir del próximo julio. Según 'The Wall Street Journal', la mayoría de los nuevos marines se concentrarían en el sur del país, de largo la región con más presencia de tropas de la OTAN.

En sintonía con el programa de ahorro público lanzado por la Casa Blanca, Gates también anunció un significativo recorte de 100.000 millones de dólares (unos 76.000 millones de euros) en el presupuesto del Pentágono. Las reducciones no afectan a los despliegues en Irak y Afganistán y se realizarán de forma escalonada hasta 2017.

Proyecto anulado

Se espera que Gates anule, entre otros, un proyecto de vehículos de asalto anfibios para la infantería de la Marina valorado en unos 11.000 millones de euros que no considera necesario y que en su opinión es demasiado costoso. En el proyecto se invirtieron ya 3.000 millones, pero los problemas técnicos ocasionaron numerosos retrasos que hicieron que se dispararan el gasto. En un principio se preveía un coste de 9.000 millones para mil automóviles y ahora se habla de 14.400 para 574 vehículos.

También se prevé que se vea afectada, o al menos revisada, la versión del F-35 de combate, capaz de despegar y aterrizar casi de forma vertical, pero que también ha experimentado problemas técnicos y retrasos. El año pasado, el jefe del Pentágono ya anunció recortes en los gastos de personal, al anular y frenar tres programas de armamento. Su intención es utilizar el dinero liberado en la lucha contra situaciones distintas de amenaza, como el refuerzo del combate antiguerrillero y frente a milicianos extremistas y terroristas.