El cansancio fue una de las notas dominantes de una larga jornada. :: JAVIER FERNÁNDEZ
tras la huelga encubierta

El aeropuerto de Jerez vuelve a la normalidad

El conflicto de los controladores provocó ayer la cancelación de doce vuelos en La Parra y dejó en tierra a cientos de pasajeros indignados

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Retoman la normalidad en jerez con las salidas de los primeros vuelos tras el parón de ayer. Durante toda la tardde de hoy el aeropuerto seguirá operando con normalidad. La situacion vivia hoy ha sido de total tranquilidad contrastando con el nerviosismo vivido durante la jornada de ayer, con muy pocas personas en el aeropuerto. El creciente malestar en el Aeropuerto de Jerez se fue tornando ayer en airada reacción contra los controladores y contra la actitud del Gobierno conforme transcurría una jornada muy larga para los miles de pasajeros afectados por el cierre del tráfico aéreo. Quien llevaba en La Parra desde las cinco de la mañana para embarcar en un vuelo destino Madrid con Iberia comprobaba con estupefacción cómo primero se aplazaba su viaje hasta las 11 y luego hasta las 13 horas. Finalmente, el megáfono cantó lo que ya era un secreto a voces: el vuelo de Iberia quedaba cancelado.

Los integrantes de la cola de pasajeros que se arremolinaba frente al mostrador de la compañía recibieron poco después una respuesta unánime: todas las conexiones quedaban suspendidas a la espera de que la situación retome la normalidad, como mínimo, a las siete de la mañana de hoy. Otro madrugón para quienes deberían haber dormido la pasada noche en sus casas o en el lugar de destino al que se dirigían en el puente festivo. Vacaciones rotas y sueños en muchos casos truncados: «La ilusión de mi vida era viajar a Nueva York y me la han quitado», se quejaba la gaditana María Jiménez. La intención tanto de ella como de Juan Antonio era enlazar en la capital española con la ciudad de los rascacielos, para lo que hoy esperan tener más suerte.

Pero la sensación de haber «fastidiado» sus vacaciones no se la quita nadie. «Y unos amigos americanos iban a recogernos desde Orlando y ya han hecho el viaje, así que a ver qué les decimos ahora». Aunque la búsqueda de culpables se dividía entre «ZParo» y los controladores aéreos, estos últimos eran sin duda la diana de las quejas.

En Jerez también hubo una baja médica, aunque trabajadores del propio aeropuerto resaltaron la posibilidad de que «el estrés haya motivado esta situación». Concretamente, fue uno de los controladores del turno de mañana el que comunicó su baja antes de entrar a trabajar en La Parra.

Personal militar

Sea como fuere, dentro de las instalaciones pudo verse a los controladores militares enviados por el Gobierno en previsión de lo que pudiera pasar, aunque según fuentes sindicales «no tuvieron que intervenir» finalmente.

Los ánimos entre los pasajeros sí que estaban muy crispados: «Que los metan en la cárcel; que los juzguen a todos», clamaba otro de los afectados. «Les vamos a cortar los teléfonos y los servicios médicos a ellos, a ver cómo se lo toman los controladores», amenazaba, para luego añadir: «No puede ser que este colectivo tenga secuestrada a media España».

Francisco Prius, vecino de San Fernando visiblemente indignado, resaltó su intención de ir a Madrid tras cuatro días de permiso en la base de Rota, su lugar de trabajo.

Pérdida de dinero

Pero «ya no sé a qué hora voy a llegar; de momento he perdido el dinero que pagué al hotel que reservé, así como las entradas al teatro donde iba a ver 'Los Miserables' y una cena que tenía prevista». También Carlos Simón, de San Fernando, perdió su viaje a Bruselas (vía Madrid); y Rose Mary tenía previsto visitar a su familia en Nigeria, lo que tampoco pudo ser de momento por el colapso causado por el conflicto de controladores.

En algunos casos, la compañía ha devuelto el importe del billete, y en otros tratará de reubicar a los pasajeros en siguientes vuelos si es que salen a partir de mañana.

Otro caso paradigmático de lo ocurrido ayer en el aeropuerto jerezano es el de los integrantes de la cooperativa farmacéutica Xefar, que tenían prevista una visita a Egipto con crucero por el Nilo incluido: «No sabemos si podremos ir mañana (hoy, para el lector) u optaremos por suspenderlo», subrayó Carlos. El caso es que tenían el viaje programado desde hacía nada menos que un año.

Los viajeros de Iberia con destino Madrid no eran los únicos damnificados por el conflicto de los controladores. Las instalaciones de La Parra estaba ayer repletas de mallorquines que tenían que haber salido a su tierra el viernes por la tarde, cuando se desató el caos en toda España con el cierre de numerosos aeropuertos.

La compañía Air Berlin les ha pagado, de momento, las dos noches en un hotel jerezano, así como les ha facilitado vales para el desayuno y las comidas.

Más suerte tuvieron quienes tenían un vuelo ayer con destino a Palma de la misma compañía que, aunque tarde, sí salió hacia su destino, concretamente a las 20.15 horas de la tarde.

«La situación es la que es, de colapso con todo el tráfico aéreo cerrado», indicó Francisco Calvo, responsable del sector aéreo de CC OO. Calvo hizo hincapié en que sólo se esté culpando a los controladores, ya que si bien la forma de protesta no ha sido la más adecuada, tampoco la manera de aprobar el decreto por parte del Gobierno.

Por su parte, José Luis Carau señaló que «moralmente hablando no hay derecho a lo que han hecho los controladores, pero es que legalmente es ilegal, ya que no han convocado una huelga, sino que han abandonado un puesto de trabajo». Este vecino de Mallorca, desde las cinco de la mañana en el aeródromo tras pasar la noche en Jerez, trataba de tomarse con humor la faena y «disfrutar de la estancia en la ciudad» del vino, el flamenco y los caballos.

Sin control

Dolores Montaño y sus hermanas, también de Mallorca, se quejaban de que «no hay derecho, sobre todo porque aquí nadie te escucha». Y ello pese a que «teníamos que haber salido alas 17 horas del viernes y no sabemos qué va a pasar». Lo que tienen claro es que «los controladores son unos sirvengüenzas, que de tanto controlar se han quedado sin control». Así, reclamaban que al menos «den la cara, como sí ha hecho el Gobierno». En definitiva, «a la cárcel los tenían que llevar; no hay derecho».

Miguel Ángel Moreno, de San Fernando, también se mofó del Gobierno: «Los militares están de puente y no estamos preparados para esto». En cuanto a los controladores, «habría que ponerles un chaleco amarillo para identificarlos y que se supiera quiénes son».