El colegio elabora un mapa de campos 'calientes'

En enero del año pasado, los árbitros de fútbol base dijeron basta. Casi diez mil niños desde prebenjamines hasta cadetes se quedaron sin jugar una jornada porque los colegiados protagonizaron una protesta ante la sucesión de agresiones que estaban sufriendo. En muchos casos, los agresores son los padres de los precoces deportistas que como subraya el delegado provincial de árbitros «flaco favor le hacen al deporte y pobre la enseñanza que le dan a sus hijos». Así recuerda el ataque que sufrió un colegiado en La Línea hace unos meses a manos del padre de un futbolista de sólo siete años. Además de esta protesta, los colegiados, a petición de la Subdelegación del Gobierno, elaboraron un mapa de 'campos calientes' en donde se recogían los recintos donde se producen más incidentes. Dicho mapa iba acompañado de una reivindicación: aumentar la presencia policial en estos encuentros. Una demanda que según Juan Antonio Álvarez aún no ha sido satisfecha. «Nos dicen que no hay suficientes efectivos para cubrir todos los campos».