Sociedad

VIOLETA VUELA

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Con nariz alargada y puntiaguda, poderes telequinésicos, y mucha paciencia y nada de prisa, ella, se afana en cuidar de sus tierrecitas para ver finalmente nacer a Violeta, la Niña-Flor. Desde pequeñita, la curiosidad de la recién nacida, le hace preguntarse sobre la vida, para finalmente emprender un viaje hacia el conocimiento. Por tierra, mar y aire, Violeta viaja y se deja seducir por los caminos y personajes que encuentra a su paso: seres extraños, peculiares y fantásticos que le enseñarán con cierta sabiduría, la importancia de creer en los sueños y en que no existen imposibles cuando se quiere aprender de la vida. Así, nuestra Niña-Flor, entabla diálogos y bailes con un pajarraco que le lleva por el cielo luego de marcarse un tango. Entre un banco de peces, Violeta juguetea y se sumerge para conocer la existencia de otros mundos y vencer sus miedos. Un sabio y experimentado caracol-elefante la alecciona sobre el poder de las palabras y su significado. Una enigmática y gigantesca oruga tras sufrir su transformación en mariposa le hace comprender que no todo es lo que aparenta.

Con ritmo pausado y música acorde a cada momento de la representación, la obra transcurre sorprendiendo a pequeños y mayores con enternecedores y entretenidos pasajes en los que la premisa fundamental es la de entender que el poder de la Imaginación y el valor de la Libertad nos hacen más fuertes e inteligentes. Pese a los casi 10 minutos de pausa forzosa a causa de un fallo eléctrico, el público aguantó sin apenas distracciones, para seguir disfrutando de un espectáculo que de no ser de su agrado, hubiese servido de pretexto para abandonar la representación.

Como es habitual en Axioma, un cuidado trabajo y un original formato para la búsqueda constante de nuevos espacios y públicos.