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El regreso del justiciero

El enigmático Julian Assange, fundador de la web, emerge tras ser acusado de acoso sexual

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Se vanagloria de ser la quintaesencia del periodismo más comprometido, una especie de Robin Hood en versión 2.0. Julian Assange es el fundador y el rostro visible de Wikileaks, la web que permite difundir desde el anonimato documentos secretos de gobiernos y multinacionales. Cada vez que este australiano de cabello oxigenado y enigmático pasado anuncia la publicación de una nueva filtración tiemblan los cimientos del Pentágono. La repercusión mediática de los comprometidos papeles que Assange y su equipo sacan a la luz cada cierto tiempo alcanza tal magnitud que el Departamento de Defensa norteamericano ha creado un equipo de 120 personas, cuya única misión no es otra que tratar de frenar los efectos de sus bombazos informativos.

El portal, fundado hace cuatro años, es como una caja de Pandora donde periódicamente se muestran las vergüenzas que los ejércitos de los países más influyentes pretenden mantener en el más absoluto de los secretos. Ganador de varios premios por las informaciones publicadas en la polémica página web, Assange es un personaje tan controvertido como el portal en el que trabaja y al que dedica la mayor parte de su tiempo. Los papeles de Afganistán, que mostraban la cara sucia de la guerra, y el vídeo de la matanza de doce civiles en Bagdad son sus dos mayores exclusivas hasta la fecha.

Sin residencia fija

La vida de Julian Assange, que se muestra al mundo como un adalid de la libertad de prensa, está llena de incógnitas. Por no saber, no se sabe ni el día exacto de su nacimiento. La revista 'The New Yorker' lo fecha en 1971, cerca de la ciudad de Townsville. El fundador de Wikileaks vivió de los 11 a los 16 años huyendo de su padrastro junto a su madre y su hermano. Su paso por más de 37 escuelas marcó una infancia sin raíces ni lazos estables. Quizás sea ese pasado tormentoso el que explique sus continuos cambios de domicilio y su tumultuosa vida. En Suecia, país que le acaba de denegar el permiso de residencia, le están investigando por dos denuncias de acoso sexual.

Julian Assange vive a día de hoy de la solidaridad de los cientos de voluntarios que colaboran desinteresadamente para mantener la web en primera línea. La fundación Wau Holland es la encargada de gestionar las donaciones, cifradas en unos 400.000 euros desde diciembre. No es casualidad que esta misma institución honre la memoria de Herwart Holland-Moritz, padre de uno de los primeros clubs de hackers, ya que el propio Assange coqueteó en su juventud con la piratería informática dentro del grupo Subversivos Internacionales.

La aventura terminó cuando la Policía le investigó por el robo de 380.000 euros de las redes de Citibank. Fue entonces cuando su mujer, asustada, le abandonó de la noche a la mañana con su bebé en brazos y Assange recaló en Wikileaks tras estudiar Matemáticas e Informática en Melbourne.