Ciudadanos

«Algunos días acabo de los nervios»

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«Un trabajo muy desagradable que no compensa». El liberado sindical se lleva a casa los problemas de cientos de trabajadores. Jesús Cañas lleva 32 años afiliado a la UGT en Cádiz y cuatro como liberado sindical en la entidad bancaria donde trabaja. Representa a 104 convenios del sector servicios y asegura que la tarea de liberado sindical «desgasta». Cañas reconoce que no tiene horario laboral. Mientras que su jornada en el banco empezaba a las ocho de la mañana y terminaba a las tres, ahora, su dedicación como representante sindical le obliga a estar al pie del cañón durante todo el día. Aclara que la liberación es fruto de la cesión de horas de otros compañeros que son delegados y no se cobra un céntimo más que el de la nómina por realizar este tipo de trabajo. Comenta que los dramas humanos que vive por su condición de representante sindical son terribles «y he llegado a casa llorando en algunas ocasiones y atacado de los nervios por los casos de despidos». Defiende la figura del liberado.