Economia

El Tesoro presume de solvencia

Los inversores aún permanecen alerta y vigilantes sobre los procesos de ajuste fiscal y de crecimiento del Gobierno Los mercados siguen «nerviosos» a pesar de la mejora en las colocaciones

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno presume desde mediados de julio de una solvencia ante los mercados que pocos analistas le atribuían hace solo medio año, cuando las sucesivas rebajas del 'rating' de la deuda española y los rumores de un posible 'default' (bancarrota) 'a la griega' pusieron en entredicho la capacidad del Estado para financiarse. El Ejecutivo esgrime el éxito de las recientes emisiones de deuda pública, que permitieron al Tesoro Público adjudicar desde el 20 de julio títulos por 31.928 millones de euros a un interés medio cada vez más bajo.

Los mercados ya no tienen a España bajo su principal foco (en el que sí están Grecia, Irlanda y Portugal), pero los expertos auguran nuevas «turbulencias» si la reducción del déficit y el crecimiento se retrasan.

La presión especulativa sobre la deuda española, desatada en abril y mayo tras las rebajas por Standard & Poor's y Fitch de la calificación crediticia de los títulos a largo plazo, parece haberse aplacado. Aquello, unido a los rumores sobre un eventual rescate europeo a la economía española, obligó al Tesoro a pagar por bonos, letras y obligaciones intereses nunca vistos. El Gobierno, pendiente ahora de lo que pueda decidir a finales de mes Moody's, la tercera gran agencia de calificación, ha respondido hasta ahora con decisión. En mayo anunció un duro programa de ajuste del déficit con recortes de sueldos e inversión pública y congelaciones de pensiones; en junio aprobó por decreto una reforma laboral no pactada con los agentes sociales, que abarató el despido, y en la segunda quincena de julio publicó los buenos resultados que arrojaron las pruebas de resistencia (test de estrés) del sector financiero.

El Tesoro demostró, además, su capacidad para afrontar pagos pendientes, al abonar sin problemas unos 24.000 millones de euros correspondientes a intereses de la deuda que vencieron en julio. Esos factores parecen haber calmado a los inversores. Desde mediados de julio, todas las subastas de deuda se cubrieron sin problemas a un interés cada vez menor y con una demanda que en muchos casos triplicó a la oferta. En junio, los tipos medios de interés en las emisiones de letras a tres meses y a un año fueron del 0,95% y del 2,45%, pero en agosto esos porcentajes habían caído hasta el 0,65% y el 1,9%. El 17 de junio se colocaron obligaciones a diez años con un tipo medio del 4,91%, el más alto desde 2001. Pero en la última operación similar, celebrada el pasado jueves, el coste cayó al 4,14%. Lo mismo ocurre con las obligaciones a 30 años: en junio se adjudicaron al 5,94%, y la semana pasada al 5,07%.

Dudas sobre el pago

Los compradores de deuda están más tranquilos, pero vigilan el cumplimiento de los programas de consolidación fiscal y crecimiento. Los datos de reducción de déficit son positivos, pero los organismos internacionales pronostican que España será el único país de la OCDE que perderá el tren del crecimiento en 2011. Y sin crecimiento «los inversores no confiarán en que seamos capaces de devolver la deuda en unas condiciones holgadas», apunta Xabier Mena, profesor de Economía de Esade.

El Ministerio de Economía saca pecho después de cada emisión, cuyo éxito considera un síntoma de la «normalización». Un portavoz de este departamento celebra también que «en todas las subastas ha bajado el precio respecto de la precedente» y que el diferencial de los títulos españoles con el bono alemán a diez años se haya reducido de manera importante. El pasado 16 de junio marcó su máximo de 221 puntos básicos, nivel que contrasta con los 173 del viernes pasado. El Gobierno atribuye la evolución a sus medidas y confía en que «la normalización de la deuda continúe».

Otros expertos no lo ven tan claro. El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, cree que los mercados «aún están nerviosos» y subraya que es vital para la confianza cumplir los compromisos anunciados. Mena asegura que la deuda está «en stand-by» después del 'shock' de primavera.

«El giro que ha recibido la política económica española y la convicción de que se van a hacer las reformas precisas han hecho que los compradores estén más tranquilos, pero no se puede decir que la situación se ha consolidado; puede haber perturbaciones adicionales». «Si no se vuelve a generar crecimiento ni con tipos bajos se va a poder pagar la deuda, que va a seguir aumentando», señala este experto, que cree que no hay que caer en la «autocomplacencia».

Miguel Arregui, de Analistas Financieros Internacionales (AFI) considera que «se está trabajando en la línea adecuada», pero avisa contra los «golpes de timón» -en infraestructuras y endeudamiento municipal- que «sientan mal» en los mercados y perjudican a «la credibilidad» de España.