Williams, ayer intratable en el eje de la zaga, gana un balón aéreo a Rubén Pérez. :: FRANCIS JIMÉNEZ
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El triunfo de la practicidad

El fútbol directo del Jerez Industrial se impone al juego de toque del Cádiz B; Los errores locales en los últimos minutos rompen las tablas en un encuentro que contó con un protagonista distinto en cada parte

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En esto del fútbol suele pasar que, en el mayor de los casos, lo práctico resulta siempre lo más efectivo. Es la filosofía que se desprende del juego que dispuso ayer el Jerez Industrial sobre el verde del campo principal de la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz.

Velocidad en las bandas, balones largos y juego físico para neutralizar a los 'jugones' del filial cadista. Una apuesta que resultó ganadora aunque recogió un premio menor al merecido. Además de que sólo duró la primera parte.

Oliva rápidamente se dio cuenta de que necesitaba incrustar a un jugador más en la defensa para bajar la pelota al suelo, que es donde mejor se mueven sus pupilos, y para también frenar las numerosas acometidas de los rivales, que en estos primeros 45 minutos entraron por donde les dio la gana. Por eso dispuso de Robert para que ejerciese de líbero y sacrificó a Lolo Armario, que hasta el momento había sido el único que había hecho algo en esta primera parte.

¿Por qué ese cambio? Se preguntaban todos en la grada. Tal vez porque es un jugador con el que Oliva ha realizado pocos entrenamientos y prefiere darle entrada poco a poco. Pero la respuesta llegó a escasos segundos de la reanudación.

Fran, el que más recursos tiene en las inmediaciones del área, igualó rápidamente el gol inicial de Burge en el minuto 27, que fue el único que encontró premio en los numerosos ataques protagonizados en la primera parte por Williamson, Lynch, Woolfe o el propio Burge, siempre con Valtierra, el único español en el once inicial, como referencia.

La apuesta del entrenador aragonés resultó completamente acertada porque el hecho es que el Cádiz B cambió completamente de cara, y de ser un equipo a la merced de los jerezanos pasó a ser el dominador absoluto del juego.

Sí que es verdad que en el cómputo general de ocasiones, fueron los visitantes los que dispusieron de más y más claras.

Parecía que el encuentro iba a terminar en tablas, y los de Quique Caballero se lamentaban de no haber aprovechado todo lo que tuvieron en la primera mitad, pero los errores defensivos del filial en los instantes finales facilitaron que el marcador hiciera justicia. Williamson y Robert, en propia puerta, desequilibraron la balanza y evidenciaron que a los amarillos todavía le queda mucho camino por recorrer.