Celebración de Velickovic. :: AFP
Deportes/Baloncesto

Serbia apaga la llama de Croacia en el último suspiro

Los hombres de Ivkovic interpretan mejor un final de infarto y dejan con la miel en los labios a una selección que soñó con la sorpresa

ESTAMBUL. Actualizado: Guardar
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Por la mínima, en una especie de muerte súbita. La guerra balcánica, más táctica que física, sonrió a los serbios y dejó a sus otrora hermanos croatas con el triste consuelo de haber rozado la gesta. Eran los de Ivkovic favoritos en las apuestas. Su plantilla, capacitada para alternar un trío de 'pequeños' con postes del recorrido y polivalencia de Krstic, Perovic, Velickovic y Keselj, no debía haber pasado tantos apuros ante un oponente rejuvenecido, que no por ello liberado de sus clásicas ataduras.

Croacia entendió que el factor sorpresa podía ser un elemento condicionante. Actuó con descaro en cada posesión del primer cuarto, defendió hasta el límite la pintura y se mostró cauta pero efectiva en ataque. Se iba hasta los ocho puntos de ventaja gracias a interpretar de maravilla una parte de su repertorio, el que dictaba su trío Bogdanovic-Tomas-Banic, que permaneció la totalidad de los diez minutos en cancha. La claridad en la pizarra de Vrankovic fue contestada por el maestro Ivkovic con idénticas armas, manteniendo de modo permanente sobre el parqué a Rasic, Teodosic y Velickovic.

A cara o cruz

La dureza era rojiblanca. Los croatas anotaban sin estremecerse en cada posesión, cobraban faltas y eran dueños del rebote (2-10) ante la inédita pasividad de un conjunto serbio que tuvo que purgar su sistema de alimentación. En adelante, la igualdad resultó ya inevitable. Popovic accedió al liderato arlequinado, con lo bueno y malo que ello comprende. Es el base un jugador celoso de su protagonismo. En la cancha da la sensación en ocasiones de sentirse intocable, pero la acumulación de minutos y balones suele acabar por obnubilarle.

El partido se dirigió, tal como amagaba, a un final de cara o cruz. Pese a que Serbia metió la directa (67-61 a 1'44 minutos), las aguas se calmaron y el pulso se movió en apenas una canasta de diferencia. Una cantada de Teodosic en un saque de fondo con 70-69 a falta de 15 segundos propició que Croacia soñara. Pero Popovic se dejó un tiro libre sin anotar y acabó por evitar que la sorpresa se plasmara.