MUNDO

EE UU se va de Irak sin cantar victoria

Las últimas tropas salen del país con la máxima discreción dos semanas antes de lo previsto y transfieren la seguridad a los iraquíes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«La batalla de Irak es un triunfo en la guerra contra el terrorismo que comenzó el 11 de septiembre de 2001». Siete años después de que el entonces presidente George W. Bush cantara victoria a bordo del portaaviones 'Abraham Lincoln' en aguas del Golfo Pérsico, las últimas fuerzas de combate americanas salieron ayer de Irak en mitad de la oscuridad y sin hacer apenas ruido. Una caravana con más de trescientos blindados pertenecientes a la cuarta brigada Stryker de la II División de Infantería fue la encargada de simbolizar el final de la 'Operación Libertad de Irak' y el inicio de la 'Operación Nuevo Amanecer', una transición que no se esperaba hasta el próximo 31 de agosto, pero que el Pentágono adelantó por sorpresa casi dos semanas.

Los vehículos militares necesitaron tres jornadas para cubrir la distancia entre su base de Camp Victory, muy cerca de la capital, y el paso fronterizo que cruzaron para entrar en Kuwait. En este tiempo sólo viajaron de noche por motivos de seguridad y porque así lo estipula el acuerdo firmado con el Gobierno iraquí que desde el pasado 30 de junio prohíbe a los estadounidenses patrullar en los núcleos urbanos. Los mandos se mostraron satisfechos de haber podido conducir a sus hombres hasta el país vecino sin tener que lamentar ninguna baja ya que gran parte del recorrido transcurrió por zonas del sur de Irak con fuerte presencia de milicias chiís como el Ejército del Mahdi.

Los soldados se mostraban felices por la vuelta a casa haciendo gestos de victoria ante las cámaras. Algunos mostraron incluso mensajes para sus familiares.

El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, repitió que «es un momento histórico» y advirtió que «estamos terminando la guerra, pero esto no supone que termine nuestro compromiso con Irak ya que se trata de un compromiso a muy largo plazo». Washington está cumpliendo escrupulosamente los plazos del acuerdo de seguridad (SOFA, por sus siglas en inglés) firmado por el primer ministro Nuri al-Maliki y Bush en 2008. El 30 de junio de 2009 los militares americanos dejaron de patrullar en los núcleos urbanos y el próximo 31 de agosto se pondrá fin de forma oficial a las operaciones de combate. En estas dos semanas que quedan hasta final de mes abandonarán el país otros 6.000 efectivos y se fijará en 50.000 el número de fuerzas americanas en el país. La siguiente fecha trascendental llegará en 2011 cuando expira la última fase del pacto bilateral que marca la salida todos los soldados. Hasta entonces estos 50.000 hombres tienen la responsabilidad exclusiva de proseguir con el entrenamiento de las fuerzas del orden iraquíes.

Ayer, a diferencia de aquel 2 de mayo de 2003 a bordo del portaaviones, el presidente de EE UU no viajó hasta Irak para felicitar por su trabajo a sus hombres y celebrar la victoria. El cruce de la frontera fue seguido por un puñado de periodistas a los que se les permitió empotrarse en los instantes finales de un viaje de casi quinientos kilómetros entre Bagdad y el límite con Kuwait. Sólo la cadena NBC emitió en directo el final oficioso de una guerra cuyo inicio, sin embargo, fue seguido en directo por medios de todo el mundo. Una invasión que durante semanas se convirtió en una especie de película que se podía seguir en directo desde cada hogar, pero que con el paso del tiempo quedó relegada a un segundo plano y a un olvido del que sólo le han rescatado de forma sistemática atentados.