La falta de oportunidades afecta por igual a hombres y mujeres, que se sienten desmotivados. :: LA VOZ
Ciudadanos

Sin un sueldo y sin expectativas

El 'efecto desánimo' alcanza principalmente a los parados de larga duración que pasan de los 45 años y a los jóvenes sin formación Casi 10.000 gaditanos en desempleo se resignan ante la crisis y dejan de buscar trabajo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los pasos a seguir son los siguientes: primero se imprime un buen número de currículos para enviar a las empresas, luego se actualizan los datos en la oficina de empleo y finalmente se incluye una descripción detallada de la vida laboral en los portales especializados de Internet. Ése suele ser el itinerario básico de cualquier parado. A partir de ahí, se pueden buscar nuevas vías o se opta por esperar pacientemente y aprovechar para ampliar la formación.

La tasa de paro aún ronda el 30%, aunque la temporada de verano consiguiera rescatar a casi 3.000 demandantes de la cola del Inem. Pero la situación sigue siendo crítica y ya se habla del 'efecto desánimo' dentro del mercado laboral. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), 9.900 gaditanos no tienen trabajo y tampoco lo buscan. Forman parte de esa población inactiva en la que se incluyen a los estudiantes, jubilados, amas de casa y los que tienen una incapacidad permanente. La cifra no ha dejado de aumentar desde que comenzó la crisis, a razón de un millar por año.

El perfil

Hasta ahora ese grupo lo integraban fundamentalmente mujeres, pero la estadística empezó a invertirse conforme el mercado laboral iba adelgazando. El perfil lo constituyen fundamentalmente parados de larga duración que pasan de los 45 años y jóvenes sin formación. En total unos 9.900 en toda la provincia y la situación se repite en otras zonas como Málaga o Sevilla.

A la hora de buscar motivos, la mayoría alude al desánimo y a la situación de crisis. Otros explican que perciben algún tipo de paga distinta a la jubilación o la prejubilación y con eso tiran.

Y tal como están las cosas, la pregunta obligada es cómo consiguen sustento todas estas personas. La única vía es el apoyo de la red familiar. Ya se han referido a esa dependencia de padres, abuelos o suegros expertos como Francisco Villalba, responsable de Analistas Económicos de Andalucía, de Unicaja. Se trata de un modelo más habitual en el sur de España, que sería impensable en otros países europeos.

Tendencia a la inversa es la que se aprecia en el grupo de amas de casa. Su número se ha ido reduciendo considerablemente en los últimos tres años. De las 172.000 que contabilizaba la EPA del segundo trimestre de 2007 a las 139.800 del mismo periodo de este año supone una reducción de casi el 19%. Muchas de ellas son mujeres que dejaron sus empleos para dedicarse a los hijos y ahora aspiran a reengancharse al mercado laboral. Otro buen número son aquellas que se han visto obligadas a buscar un trabajo después de que todos los miembros de la familia se hayan quedado en paro. Sólo en la provincia hay ya 55.800 hogares en esta situación. En este último caso se trataría de su primer empleo, sin experiencia y sin formación cualificada. Se trata del sector con peores expectativas y lo más lamentable es que no ha dejado de aumentar en los últimos dos ejercicios.