Un aficionado con la camiseta del Cádiz no quiso perderse el pase de la selección a octavoz desde el estadio de Pretoria. No todo va a ser llorar un descenso. :: AP
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Villa arroja luz incluso cuando va tapado

El asturiano, apenas visible en la banda, marca un gol y regala otro a Iniesta, que vuelve a volar alto

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España empezó confusa, casi temerosa, y regaló la posesión a Chile. El balón, el tesoro de 'La Roja', su herramienta de fabricar magia, pasó a las botas del chamán. Lo trató bien, con delicadeza y peligro, e incluso perdió la ocasión de transmutarlo en oro. Mark González, en vez de empujarlo dentro, solo ante Casillas, lo mandó al limbo de las oportunidades perdidas. Y entonces aparecieron ellos, Villa e Iniesta, que devolvieron la iniciativa al cofre de la selección. El asturiano, que brilla incluso cuando va tapado, inclinó la balanza a favor y, de paso, hizo un regalo al manchego, que confirmó estar de vuelta.

Del Bosque introdujo un solo cambio respecto al choque de Honduras. Dejó en el banquillo la velocidad de Navas y rescató la capa de mago de Iniesta. El resto, igual. David Villa, escorado en la banda izquierda, no se vio en el primer cuarto de hora. Nada. Sin noticias. En este tiempo, de hecho, no había tocado el balón. Literal. Hasta que apareció para partir a los chilenos en dos y poner rumbo a octavos. Fue en una de esas jugadas intrascendentes, que no conducen a nada y acaban en todo, como el conejo que se sacó de la chistera el asturiano. Un pase en profundidad de Xabi Alonso al que no llegaba Torres acabó con Claudio Bravo fuera del área, portero de la Real Sociedad, que despejó mal y regaló el balón al 'Guaje'. Sin esperar, a la primera, la enchufó desde los 40 metros y adelantó a España. Maná celestial.

Las aguas volvían poco a poco a su cauce, aunque Chile jamás renunció a su identidad. Duro en el centro del campo, con tacos de por medio, seguían jugando al fútbol y apostaban por el toque. En una de esas se equivocaron, la perdieron en la sala de operaciones, y el esférico acabó en la botas de Villa. El flamante fichaje del Barça encendió el GPS y localizó a Iniesta. Escorado en la parte izquierda, fuera del área, se la dio al de Fuentealbilla que batió de un elegante disparo a Bravo. El medio estuvo genial, imaginativo y siempre con las ideas claras, a gusto con la pelota e inventando pases de dibujos animados. Corría el minuto 37 y España disfrutaba de un marcador espléndido. Un tranquilizador 2-0 que dejaba en un segundo plano el encuentro entre Suiza y Honduras, que se peleaban con el cerocerismo y buscaban eliminar a Chile.

El récord del 'Guaje'

Los chilenos se quedaron con uno menos por la expulsión de Estrada. Parecía todo hecho, cocinado y digerido, pero los sudamericanos no se vinieron abajo. Salieron a morder tras el descanso y Millar recortó distancias nada más arrancar la segunda parte. Del Bosque quitó a Torres, que volvió a ser gris, y metió a Cesc para colocar a Villa en la punta de ataque.

El asturiano gozó de un par de buenas ocasiones para ocupar en solitario el primer puesto provisional de los máximos artilleros de Sudáfrica. Las dos veces le falló el control y, de momento, encabeza la lista con tres tantos jun to al madridista y argentino Gonzalo Higuaín. Con el de ayer, son seis los goles que lleva el 'Guaje' en las fases finales de los Mundiales. Es el 'pichichi' de 'La Roja', por delante de Butragueño, Hierro, Morientes y Raúl.

Los últimos 20 minutos fueron una pachanguilla. A los dos les valía el marcador ya que, al final, Suiza no pudo con Honduras (0-0). El Portugal del CR9 será otra historia.