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Estudios señalan a Afganistán como una de las mayores reservas mineras del mundo

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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El opio y la guerra podrían dejar de ser pronto el motor económico de Afganistán si se cumplen las predicciones económicas que lanzó ayer al aire 'The New York Times'. El rotativo ha dado nueva vida a las vetas de preciados minerales del subsuelo afgano que descubriesen los soviéticos en los ochenta, y que según dice podrían convertir al paraíso del opio en la capital minera del mundo.

Bajo las grutas de Osama Bin Laden se encuentraría este tesoro valorado por primera vez en un billón de dólares, la verdadera aportación del rotativo, ya que otros periódicos como 'Los Angeles Time's en 2001 y 'The Seattle Post- Inteligencer' en 2002 alertaron ya de su presencia en suelo hostil.

Pero hasta que las fuentes del Pentágono filtraron al rotativo neoyorquino los nuevos estudios nadie se había atrevido a llamarlo potencialmente «la nueva Arabia Saudí del litio», un metal que es el oro de las nuevas tecnologías, indispensable en las baterías de aparatos electrónicos como los iPhones o las Blackberrys. Hierro, cobre, cobalto. «Las reservas son tan grandes e incluyen tantos materiales esenciales para la industria moderna, muy por encima de lo que se conocía, que resulta suficiente para alterar fundamentalmente la economía afgana y puede que la guerra en sí misma, de acuerdo a fuentes del gobierno estadounidense», anunciaba ayer The New York Times.

Algunos descansaron agradecidos de que un país tan pobre y castigado tuviera al fin un golpe de suerte que le permita conjurar su destino. Otros se quedaron con la mosca detrás de la oreja y la leyeron con escepticismo, ya que millones de personas han muerto en la persecución de este oro negro.