ARTE

Lucha contra la memoria efímera

El Ayuntamiento de Cádiz destinó los documentos al Archivo Histórico, donde aún están a la espera de ser catalogadosLa familia de Antonio Accame espera la puesta en valor de su legado, cedido hace ocho años

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Tras la muerte de Manuel Accame en 2002, su hija Mari Carmen cedió su legado al Consistorio gaditano. «Llenamos dos furgonetas enteras», recuerda. La donación es una de las más voluminosas que se han realizado en los últimos años e incluía piezas arqueológicas, cartografías, fotografías antiguas, libros, documentos y una gran cantidad de bocetos y dibujos del padre de Manuel, Antonio Accame, pintor y artesano gaditano nacido en 1869, conocido por su 'Arquitectura efímera'. Esta última parte es la más interesante de la cesión, al reunir retratos, estudios de dibujo, acuarelas y bocetos de los exornos y las casetas que el artista diseñaba para las Veladas de los Ángeles y las fiestas del Carnaval.

La familia reconoce estar aún a la espera de que parte de este material sea expuesto al público, tal y como se le trasladó en su día desde el Consistorio. «La verdad es que apenas se han interesado. Han pasado años y aún no se ha mostrado nada. Nos dijeron incluso que habilitarían una sala para exhibir el legado y nada de nada», sostiene molesta Mari Carmen.

La familia Accame donó el legado al Museo de Las Cortes de Cádiz aunque la parte documental de la herencia fue destinada después al Archivo Histórico Municipal de la calle Isabel La Católica. Allí, se ha realizado inventario de todo el material, pero aún no se ha llegado a catalogar nada.

Pero los tesoros que guarda el Archivo hablan por sí solos. En varias bandejas se suceden carpetas de dibujos a carboncillo, acuarelas y bocetos técnicos de las 'arquitecturas efímeras' que Antonio Accame regaló a los gaditanos a lo largo de las cuatro primeras décadas del siglo XX.

Están los primeros esquemas del gran Jarrón Árabe que presidió en 1929 la Plaza de San Antonio, acuarelas de la caseta de inspiración japonesa de 15 metros de altura que sustentaban cuatro elefantes con la trompa levantada, un dibujo a color de la Sombrilla Rosa, la primera obra decorativa del artista gaditano, construida en el año 1907. «Un alarde de ingenio, fantasía y arte», según apuntó la prensa de la época.

El Archivo Histórico Municipal también custodia una gran colección de fotografías en blanco y negro que recogen las monumentales obras de Accame, sus exornos de Carnaval en la calle Ancha y sus suntuosos decorados para los bailes que se celebraban en el Gran Teatro Falla y otros espacios sociales de la ciudad.

La familia Accame desconoce los motivos del Ayuntamiento gaditano para no exponer gran parte del legado de Manuel y Antonio en el Museo de Las Cortes o el Centro de Arte Reina Sofía, como se ha hecho con otras donaciones artísticas. Es más, la semana pasada el Consistorio inauguró una muestra con las obras de arte que Álvaro Aramburu Picardo donó antes de fallecer el pasado mes de febrero, a los 92 años de edad.

No obstante, fuentes municipales reconocen que en el caso de la herencia de la familia Accame «no todo el material es exponible». «Las cartografías, al no ser originales sino copias, no se puede exponer y los documentos de trabajo, tampoco», aseguran las mismas fuentes. Sin duda, lo más destacado son las fotografías antiguas y los bocetos de la 'arquitectura efímera' que fueron remitidos al Archivo. Según estas fuentes, las instantáneas «se van escaneando», engrosando así los fondos digitales del centro.

Retratista

Coetáneo de Federico Godoy y Felipe Abarzuza, Antonio Accame fue profesor de la Escuela de Bellas Artes gaditana, de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid y de las Academias más importantes preparatorias para el Ejército y la Armada. Como retratista viajó en innumerables ocasiones a Madrid y entre sus pinturas hay retratos oficiales, de medio cuerpo, cuerpo entero y tamaño natural, que creaba a partir de fotografías para pasar después a ocupar grandes salones o despachos. También realizaba retratos de corte más intimista y psicológico a amigos y conocidos. Después abandonó esta práctica para dedicarse por entero al denominado Carnaval Artístico Gaditano, donde destacó especialmente por sus exornos festivos de influencias modernistas.

La gran sombrilla que realizara en 1907 junto a su amigo Godoy fue la primera de una gran serie de piezas monumentales que eran colocadas en San Antonio o El Parque Genovés según se celebrara el Carnaval o la Velada de los Ángeles en verano. Este motivo decorativo precisamente lo reprodujo Accame en Gibraltar en 1911 para la coronación del rey Jorge V de Inglaterra. El artesano gaditano también desarrolló estos montajes para otras celebraciones como el Corpus Christi, el Centenario de las Cortes de Cádiz, las Justas Literarias del Falla y las ferias y verbenas que se desarrollaban por toda la Bahía.

La última vez que se rindió homenaje a la figura de Antonio Accame fue en 1996, con una exposición de sus dibujos originales en El Palillero con motivo del VIII Congreso del Carnaval. Habrá que esperar que el tributo de la ciudad de Cádiz a su obra no sea efímero.