
A 385 días del próximo Rocío
Los almonteños portaron a hombros a la Blanca Paloma durante más de diez horas para que pudiera visitar a los simpecados Los romeros se despiden de su Virgen y comienzan la cuenta atrás
ALMONTE. Actualizado: GuardarPasadas las 2.50 de la madrugada salió la Virgen de El Rocío. El paso de las hermandades filiales se desarrolló sin incidentes y con el rezo del Rosario. La tensión era palpable, los almonteños estaban ansiosos por saltarse la reja y portar a hombros a su Virgen. El momento: ver cómo el simpecado de Almonte se acercaba a la imagen para descansar en la ermita. Atrás quedó el cansancio acumulado y los días de camino. Llegó el gran día, ese instante por el que todos habían estado soñando durante los 365 días del año.
La Marisma fue la primera parada que hizo la Virgen ya bien entrada la madrugada. Los almonteños querían acercar a la Blanca Paloma a la multitud de romeros que se dieron cita en la explanada antes de comenzar su recorrido por la aldea. Las salves se sucedían a su paso. El primer simpecado que visitó fue el de la Hermandad de Huevar, sólo media hora después del salto de la reja. Bajo una lluvia de pétalos de flores y el repicar de las campanas en la capilla de la casa de hermandad se entonaba la primera de las 107 salves que recibiría la Reina de Almonte a lo largo de su discurrir. Después siguió su camino para acercarse al resto de los simpecados.
Mientras la Virgen continuaba su discurrir, el Santuario se quedaba solo. Una gran cantidad de arena y una nube de polvo protagonizaban una de las imágenes más curiosas de la noche, cuando la ermita, centro de peregrinaje de los romeros, se quedaba sola. La Puebla del Río y Umbrete recibieron a la Virgen del Rocío con una lluvia de pétalos rojos y blancos, eran sólo las cinco de la madrugada y el cansancio aún no era visible. Había ganas de estar con ella.
Mientras tanto en la casa de hermandad de Cádiz, los romeros se preparaban para salir a su encuentro. Llegaban las informaciones de la que la Virgen ya se encontraba visitando a la Palma del Condado cuando en torno a las 6.15 de la madrugada el simpecado marinero salía de su capilla portado por sus hermanos y acompañado por largas filas de romeros para dirigirse a su lugar asignado en el número 41 de la plaza del Acebuchal, junto a la casa de Hermandad de Triana. Cuando el reloj marcaba las 7 de la mañana se acercaba la Reina de las Marismas. Las lágrimas de emoción y alegría llenaron los ojos de los rocieros al tenerla, un año más, cerca. Palmas, aplausos, vivas y olés para recibirla. El Director Espiritual acompañado del Reverendo Padre Juan Antonio Martín eran subidos a hombros y entonaban la salve. Se cumplía el sueño de los romeros gaditanos.
La Virgen se adentraba en su ermita tras casi diez horas y media de recorrido. Posteriormente y tras recorrer la nave central fue introducida en el presbiterio donde los almonteños la colocaron en su altar. Concluía así la presente edición de El Rocío 2010. Era el momento de comenzar a pensar en la de 2011 y de preparar todo lo necesario para realizar el camino de regreso hacia los distintos puntos de origen de las 107 Hermandades Filiales. Muchos romeros hacían cábalas para acabar sentenciando que sólo quedaban 385 días para volver a estar frente a Ella. Será el próximo domingo, 12 de junio, cuando los almonteños se vuelvan a congregar en la ermita, ansiosos por volver a portar a hombros a la Blanca Paloma y recorrer a su lado la aldea.