Imagen de microalgas terrestres. :: L. V.
Ciudadanos

Un 'pequeño' que necesita mucha luz, agua y dióxido de carbono

CÁDIZ . Actualizado: Guardar
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Las microalgas pueden ser terrestres o acuáticas. Las primeras se encuentran en casi todos los suelos de cualquier continente o isla, aunque no de forma tan numerosa como las bacterias o los hongos. Las algas terrestres son más pequeñas y estructuralmente más simples que las acuáticas y se dividen en cuatro grupos: Clorofíceas, de color verde, Cianofíceas, de color azul-verdoso, Bacilariofíceas y Xantofíceas, de color amarillo-verdoso. Precisan solamente luz, agua y dióxido de carbono. La planta que abrirá Celulosa Investment en mayo de 2011 en Jerez tiene las necesidades cubiertas para el cultivo de microalgas terrestres. Recibirá el dióxido de carbono necesario de la cementera Holcim, que estará al lado, mientras que el agua la obtendrá de depuradoras. El sol es un complemento que ya tiene por derecho gracias a la climatología gaditana. Esta plantación necesita conducciones para el tratamiento de gases y la entrada de oxígeno. Las microalgas terrestres tienden a concentrarse en la superficie o inmediatamente debajo de ella, aunque también pueden localizarse a un metro de profundidad. Celulosa Investment utilizará el extracto de aceite para la industria cosmética, la farmacéutica y el pienso animal, especialmente derivado a las piscifactorías.

Las microalgas son organismos unicelulares, semejantes a los vegetales, que realizan la fotosíntesis y convierten el dióxido de carbono en biomasa. De esta biomasa pueden producirse tanto recursos potenciales como biodiésel. Mientras crecen, las algas toman dióxido.

La producción de microalgas terrestres no necesita suelo fértil ni agua de calidad, amén de presentar bajos riesgos de contaminación y poca demanda de energía. La planta de Jerez producirá subproductos. Se obtendrán 25.200 toneladas anuales de glicerina, 9.000 de fosfátidos y jabones y 700 de ácidos grasos.