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Rossi y su traje de 'guarrete'

Valentino Rossi es, por méritos propios, el Dios del motociclismo moderno

PERIODISTA DIARIO AS Actualizado: Guardar
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Vaya por delante que le tengo el máximo de los respetos. Valentino Rossi es, por méritos propios, el dios del motociclismo moderno. Y dice esto alguien que creció viendo las carreras de los grandes mitos norteamericanos, fan declarado de Freddie Spencer y admirador acérrimo del tándem que formaban Rainey y Schwantz, porque ambos son inseparables a la hora de juzgarles en la historia. Pero el italiano se ha ganado una plaza de honor en el olimpo de los mejores pilotos, a la altura de Hailwood, Agostini y nuestro Ángel Nieto. Lo ha hecho porque tiene una mente privilegiada a la hora de gestionar todos los parámetros que rodean a este deporte. Desde los técnicos, pasando por lectura de carreras y lo que es más importante, a la hora de destrozar a un rival. Y ya lleva unos cuantos en su carrera deportiva.

Este ha sido su punto más fuerte. Ni Doohan pudo con Crivillé en este aspecto. El australiano llevaba siempre a nuestro único campeón del Mundo de 500 con la lengua fuera, pero no consiguió borrarlo del mapa y acabó retirado y con su pierna destrozada en el intento. Rossi, el último depredador que ha dejado el Mundial de motociclismo, ha dejado cadáveres deportivos en el camino. Primero fue Biaggi, y luego Gibernau. Y con él me voy a detener. Todavía escuece en la retina de los aficionados españoles esa última curva del Gran Premio de España de 2005. Aquel día, el nueve veces campeón del mundo acabó con la carrera deportiva de Sete. Esa maniobra, sucia y rastrera para cualquier piloto que no luzca tan ilustre apellido, minó definitivamente la moral del catalán. En ese golpe, comenzó su declive.

Me dirán a cuento de qué les relato estas batallitas. Temo seriamente que Valentino se ponga su traje de 'guarrete' ante Jorge Lorenzo. El mallorquín ya está preparado para pelear cuerpo a cuerpo, y en cada carrera, con su compañero de filas. Y en este Gran Premio, el de casa, el más especial para los españoles, otro mamporrazo de categoría cuestionable podría dejar herido de muerte al héroe de la afición local. Cierto es que la juventud y mentalidad de Lorenzo juegan a su favor, pero Rossi necesita imponer sus galones en el campeonato y en Yamaha, donde muchos ven en Jorge el heredero natural. Que tenga cuidado el piloto que gusta llamarse 'Por Fuera', porque los puñetazos su referente los da en el tuétano.