Gosálvez forma parte del equipo jurídico que defiende los derechos del menor en la provincia gaditana. :: LA VOZ
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«Cuando un niño de ocho años no va a clase está claro de quién es la culpa»

El fiscal de Protección de Menores, Pedro Gosálvez, mantiene que este tipo de autos se seguirá dictando en los próximos meses

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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Ésta no es la primera condena a unos padres por permitir que sus hijos falten a clase que se registra en la provincia, pero los responsables no se cansan de repetir «lo importante que es dar publicidad a estas sentencias condenatorias para que la sociedad comprenda qué ocurre y cómo se actúa en los casos más graves».

Son palabras de Pedro Gosálvez, fiscal de Protección de Menores de Cádiz, que explicó ayer a LA VOZ que este tipo de autos judiciales se seguirán dictando en los próximos meses.

Y es que según este profesional «cada trimestre suelen entrar cuatro o cinco casos nuevos» en Fiscalía, con un repunte de la incidencia, sobre todo «a final de curso». La condena a los padres de cuatro menores de 7 a 15 años conocida ayer en Chiclana siguió el protocolo establecido. «Cuando un caso de absentismo llega hasta nosotros significa que no se ha resuelto en los anteriores pasos que dicta el procedimiento», explica el fiscal.

A partir de ahí, la situación tiene una difícil vuelta atrás. «Tenemos entonces que dirimir si hay indicios de delito por parte de los padres o, por el contrario, el estudiante falta a clase reiteradamente de forma consciente y a veces sin que sus progenitores ni siquiera puedan hacer nada o tengan conocimiento de ello», apunta.

La Fiscalía de Menores gaditana ha detectado, en los últimos años, un aumento de la concienciación social sobre el hecho de que «la educación obligatoria es un derecho fundamental, y que el incumplimiento de ese deber puede ser considerado como un delito».

Los últimos casos

Los últimos casos de condenas a padres se han sucedido no sólo en Chiclana (donde ya se han dictado seis) sino también en otras localidades como Los Barrios, La Línea o Cádiz. En la mayoría de ellos la situación que escondía el absentismo escolar continuado de los escolares era «una familia desestructurada». De hecho, desde la Fiscalía se apunta como denominadores comunes en este tipo de situaciones «el cambio de los ciclos educativos y las malas compañías».

«Suele coincidir -continúa argumentando Gosálvez- la separación de los dos progenitores». Además recuerda que donde más casos de absentistas se registran es en la Enseñanza Secundaria Obligatoria, es decir, entre los 12 y los 16 años. Sin embargo, el fiscal avisa. «Están repuntando las faltas a clase de los más pequeños, y cuando un niño ocho años no va a la escuela está claro de quién es la responsabilidad», sentencia.