Cristiano Ronaldo y Javi Martínez luchan por un balón. / Felix Ordonez (Reuters)

Un reencuentro rocambolesco

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Salvo que al final Cristiano Ronaldo guarde reposo este miércoles en un palco privado del Santiago Bernabéu, el duelo de pasión entre madridistas y bávaros supondrá el reencuentro entre el astro portugués y Javi Martínez, enconados rivales desde el mismo día en el que, curiosamente, el polifuncional futbolista navarro supo de primera mano que José Mourinho le deseaba para su proyecto.

La historia es curiosa y rocambolesca. El 2 de mayo de 2012, Cristiano puso un borrón en la gran fiesta del Real Madrid tras conquistar la Liga con una indiscutible victoria en San Mamés (0-3). Estuvo más tenso de lo normal desde el arranque del choque. Primero, falló un penalti lanzado a lo Panenka que hubiera supuesto el 0-1. Frunció el ceño porque veía cómo se le esfumaba la posibilidad de encarrilar el título y de acercarse a Messi, que antes había formado un triplete frente al Málaga. Luego, CR7 mejoró, dio el pase del segundo gol a Özil y, ya en la segunda mitad, marcó el tercero y certificó el triunfo y el alirón.

En las postrimerías del encuentro, Cristiano erró una ocasión pintiparada ante Gorka Iraizoz y la afición del Athletic cambió de objetivo. Si hasta ese momento el foco de las críticas fue Florentino Pérez, por su negativa a ceder el Bernabéu para la final de Copa, luego el centro de los reproches fue el crack de Madeira. Le llamaron «tonto» y Cristiano respondió señalándose el escudo y sacando tres dedos. Cuando el árbitro pitó el final y los jugadores merengues se abrazaban, Javi Martínez salió del vestuario, puesto que había sido expulsado, para recriminar a Ronaldo sus feos gestos hacia la grada. Cristiano contestó con un corte de mangas al jugador rojiblanco.

Lejos de enojarse con Javi Martínez, Mourinho entró en acción y esa misma noche le dijo que le quería para el Madrid, que el club blanco tenía los 40 millones de su cláusula preparados y que la decisión dependía sólo del jugador. También insistió el presidente Florentino Pérez. El Athletic se negó a negociar el traspaso y el Madrid evitó comprar la libertad de un internacional que acabó a las órdenes de Guardiola en el poderoso Bayern.

«Obviamente Cristiano ha sido el mejor jugador del mundo, pero en una plantilla como la del Real Madrid puede jugar otro como Isco y hacerlo muy bien, como ya se vio en la final de Copa. Con uno o con otro, debemos de tener el mismo cuidado». Esa fue la lacónica respuesta de Javi Martínez cuando en las horas previas a la gran cita del Bernabéu le preguntaron por Cristiano.