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Cameron lucha contra los elementos

Las inundaciones que azotan el Reino Unido ahogan también el prestigio del primer ministro, acusado de falta de reflejos y de tomar medidas ineficaces

MADRID Actualizado: Guardar
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No será la primera vez que una sucesión de borrascas en el Reino Unido hunda el prestigio de un líder de la patria, y si no, ahí está Felipe II, que en 1588 mandó a sus barcos a conquistar la Pérfida Albión y acabó siendo derrotado por los elementos. Cuatro siglos largos después, otro político está viendo escaparse a chorros su honorabilidad. Se trata del primer ministro británico, David Cameron, que está con el agua al cuello por ser incapaz de dar una respuesta eficiente a las inundaciones que están castigando su país desde el pasado otoño.

Este viernes le tocó a Cameron ponerse a la defensiva. "Lo que hemos tratado de hacer es aplicar medidas de emergencia lo más rápido que pudimos", declaró el 'premier', que también recordó que Reino Unido se enfrenta al peor comienzo de año meteorológico desde hace 250.

Las inundaciones han dejado sin electricidad a miles de hogares y decenas de familias han tenido que ser evacuadas. Todos los ojos están puestos en el Tamesis. Hace 61 años, el segundo río del Reino Unido se desbordó y provocó 300 muertos. De aquellos tiempos proviene una solución que hasta ahora se creía efectiva, los sacos de arena, y que muchos ahora están poniendo en duda por ineficaz.

Pero ¿qué le achacan a Cameron? Sobre todo, mala previsión y falta de reflejos en la respuesta, dos problemas clásicos ante una tragedia que sin embargo, muy pocos gobiernos son capaces de anticipar. El agua está haciendo estragos en todo el país, sobre todo en el sur, desde hace muchas semanas, y el primer ministro solo se ha calzado las botas, metafórica y realmente, en los últimos días. Cameron anunció que "hará todo lo que sea necesario" para ayudar a los damnificados, lo que incluye "fondos ilimitados" para reconstruir las zonas dañadas por las lluvias.

Pero además se defendió asegurando que las medidas de emergencia se han aplicado "lo antes que se ha podido", un aspecto del que discrepan muchos de sus conciudadanos, que hasta que no se han visto en el tejado de sus casas no han encontrado una ayuda. Ahora el primer ministro promete que enviará a los militares donde haga falta, pero la solución para Cameron solo puede llegar del cielo: que deje de llover, algo que, según los pronósticos, está aún muy lejos de ocurrir.