rueda de prensa en berlín

Las Pussy Riot piden observadores en las cárceles rusas

Maria Aliojina y Nadezhda Tolokonnikova barajan la posibilidad de presentarse a la alcaldía de Moscú

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Las miembros de la banda de punk Pussy Riot Maria Aliojina y Nadezhda Tolokonnikova han demandado el envío de observadores internacionales para detectar abusos perpetrados en las cárceles rusas ante lo que consideran una obstrucción por parte de las autoridades ante la iniciativa lanzada por las propias Pussy Riot para mejorar las condiciones de encarcelamiento.

"El Gobierno ha rechazado nuestra petición para registrar Zona de Derecho", ha afirmado Tolokonnikova en rueda de prensa desde Berlín, en referencia a una organización creada por ellas. "El objetivo de nuestra organización es hacer saber a la administración penitenciaria que no pueden tratar a los prisioneros como quieran con impunidad", ha agregado.

"También están presionando a la gente" que nos apoya, ha asegurado. Como ejemplo, ha indicado que su representante está siendo sometido a vigilancia continua y otros simpatizantes han sido interrogados por la Policía y amenazados con "más problemas".

Tolokonnikova también se ha referido a la posibilidad de entrar en política presentándose a unas elecciones. "Podríamos pensar en el gobierno de Moscú... Sí, creo que lo intentaremos", ha declarado. Aliojina y Tolokonnikova se encuentran en Berlín para asistir a la presentación de un documental sobre Pussy Riot.

El caso Magnitski

Las activistas se han referido también al caso del abogado Sergei Magnitski, fallecido bajo custodia en 2009 después de denunciar que no se le prestaba la atención médica adecuada para forzar una confesión por evasión fiscal. Negarles medicamentos a los presos "no es la excepción, sino la norma", según la Pussy Riot. "Nos gustaría que hubiera observadores internacionales en las prisiones rusas", ha añadido.

Estados Unidos aprobó la denominada Ley Magnitski que impone sanciones a las autoridades rusas implicadas en la muerte del abogado. "Creo que la Ley Magnitski es esencial. Animamos a los países europeos a emularla", ha declarado Tolokonnikova.

Desde su puesta en libertad, las activistas han visitado prisiones en Estados Unidos o Países Bajos para recopilar ideas sobre cómo mejorar las condiciones de vida en las cárceles rusas a través de iniciativas como actividades culturales.

Maria Aliojina, Nadezhda Tolokonnikova y Ekaterina Samutsevich celebraron en 2012, junto con otras dos miembros de Pussy Riot, una 'oración punk' en la catedral en la que pedían a la "Madre de Dios" que expulsara al entonces primer ministro y actual presidente del poder.

La actuación provocó una fuerte indignación entre los creyentes ortodoxos y las tres activistas fueron condenadas a dos años de prisión en agosto de 2011 por un delito de gamberrismo relacionado con "odio religioso". La pena de Samutsevich fue conmutada en octubre de ese mismo año por libertad condicional, mientras que Aliojina y Tolokonnikova fueron puestas en libertad en diciembre por una amnistía concedida por Putin.