El presidente chino, Xi Jinping. / Alexei Kudenko (Reuters)
reunión en pekín

El PCCh define el rumbo de China durante la próxima década

Los dirigentes tratan de introducir medidas que permitan que el país mantenga unos niveles de crecimiento suficientes y sostenibles

PEKÍN Actualizado: Guardar
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Los líderes chinos han inaugurado en Pekín una reunión anual clave, en la que abordarán lo que se espera que sea un amplio abanico de reformas para transformar el modelo de crecimiento económico del país.

La reunión de los 370 miembros titulares y suplentes del Comité Central del partido, que se prolongará hasta el martes y se denomina oficialmente III Plenario del Comité Central del XVIII Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), se desarrolla a puerta cerrada.

El presidente chino y secretario general del PCCh, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, afrontan el reto de poner en marcha medidas que permitan que la economía china mantenga unos niveles de crecimiento suficientes y sostenibles, en momentos en los que sus motores dan señales de comenzar a perder fuelle. Los líderes chinos pretenden que el modelo actual, basado en las exportaciones, dé paso a otro más basado en el consumo interno.

Ello, a juicio de los analistas, requiere reformas de calado en ámbitos como el sistema de permisos internos de residencia ('hukou'), que atan a una persona al lugar donde ha nacido so pena de perder prestaciones como la educación de sus hijos, el servicio médico o la jubilación.

La incógnita que debe desvelar la reunión que comienza hoy y continuará hasta el martes es en qué grado los dirigentes chinos están dispuestos a acometer reformas, y a llevarlas a cabo hasta el final. No se espera que trasciendan muchos detalles sobre el contenido de la reunión hasta el día de la clausura, cuando tradicionalmente la agencia oficial, Xinhua, suele enviar un largo despacho.

Propuestas

Los medios oficiales chinos se han limitado hoy a informar del comienzo de la reunión, sin ofrecer otros detalles del encuentro. En las jornadas previas sí ha circulado un documento del Centro de Estudios del Consejo de Estado (el Legislativo chino) con una serie de propuestas que incluyen la internacionalización del yuan en un plazo de diez años y la liberalización de los tipos de cambio en tres años. Este documento, que se abordará durante el plenario, sirve para dar una idea del tono general de las reformas que se traten en la reunión, pero no tiene carácter vinculante.

El mes pasado, el 'número cuatro' del régimen, Yu Zhensheng, había asegurado que la reunión presentará reformas económicas y sociales "sin precedentes". Entre ellas podrían incluirse medidas para luchar contra la contaminación o contra la corrupción, una de las principales lacras que padece el país.

Descartadas las reformas políticas

Nadie espera, por contra, reformas en el sistema político. Xi, que la semana próxima cumplirá el primer aniversario de su llegada al poder, ha dejado claro durante su primer año de mandato que no las contempla en absoluto. Por contra, ha puesto en marcha una serie de iniciativas que reafirman el control del régimen, incluido un endurecimiento de la vigilancia sobre internet y las redes sociales, una vía de escape de los ciudadanos chinos para expresar sus opiniones.

De cara a la reunión, se han elevado las medidas de seguridad en Pekín, en especial después de que en las últimas dos semanas se registraran dos explosiones en lugares emblemáticos comunistas en China: la plaza de Tiananmen y una sede provincial del Partido en Taiyuan, la capital de la provincia de Shanxi.

Tradicionalmente, en la historia del PCCh los III plenarios se utilizan para introducir importantes cambios en el régimen, desde que en 1978 Deng Xiaoping anunció las primeras medidas que transformarían el modelo entonces rígidamente comunista de la economía china en otro adaptado a las leyes del mercado.

En 1993, el plenario tras la llegada de Jiang Zemin a la presidencia de China presentó reformas que sentaron las bases de la posterior internacionalización de la economía china, simbolizada por la entrada del país en la Organización Mundial del Comercio en 2001. Por contra, el celebrado tras el encumbramiento de Hu Jintao como líder del país en 2003 no introdujo reformas de gran calado.