Amparo Rivelles , en una imagen de archivo
muere a los 88 años

Amparo Rivelles, la última de una estirpe

Gran dama del cine y el teatro, hija y hermana de actores, fue la primera actriz en recibir un Goya por 'Hay que deshacer la casa'

MADRID Actualizado: Guardar
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Era la última de una estirpe de actores y actrices que patearon los escenarios españoles y los más importantes al otro lado del charco. No dedicarse, pues, a la interpretación era una osadía que María AmparoRivelles y Ladrón de Guevara no quiso plantearse. Solo tenía claro que quería seguir los pasos de su padre Rafael y su madre María Fernanda, dos de los grandes intérpretes de comienzo de siglo. Y sus pasos los continúo el hermano pequeño de la saga, Carlos Larrañaga, hermano por parte de madre. El galán del cine español falleció a finales de agosto del año pasado. Ayer, a los 88 años falleció en Madrid, la ciudad que la vio nacer un 11 de febrero de 1925.

Rivelles comenzó a trabajar nada más entrar en la adolescencia. Con 13 años se enrola en la compañía teatral de su madre y sin cumplir los 15 ya debuta en el cine con 'Mari Juana' bajo las órdenes de Armando Vidal. Fue el momento de su despegue interpretativo, que le valió un contrato en exclusiva con la productora Cifesa. Durante la siguiente década, su belleza y su dicción aparecen en casi una veintena de títulos, entre los que destacan 'Alma de Dios' (Ignacio F. Iquino, 1941), 'Malvaloca' (Luis Marquina, 1942), 'Los ladrones somos gente honrada', también bajo las órdenes de Iquino (1942), 'Fuenteovejuna' de Antonio Román (1947) o sus colaboraciones con Juan de Orduña: 'La leona de Castilla' y 'Alba de América, amabas de 1951. Todas ellas se convirtieron en un éxito de taquilla que la lanzaron al estrellato y le permitieron rodar a las órdenes de Orson Welles.

El mayor desastre

Rivelles trabajó en la versión española de 'Mr. Arkadin', una película que el genio de 'Ciudadano Kane' calificó como «el mayor desastre» de su vida. Se estrenó por primera vez en España en 1955, pero tardó más de siete años en estrenarse en Estados Unidos por las diferencias de Welles básicamente con todo el mundo. Hubo varias versiones que duraban entre 93 minutos -la de habla hispana- y hasta 98 minutos -la que se estreno en Londres-. También durante esa época rueda 'La herida luminosa' bajo las órdenes de Tulio Demicheli.

Tras estos proyectos, Rivelles decidió dar una vuelta a su carrera y cruzar el charco para trabajar en unos cuantos proyectos. Un plan de vida que se alargó durante más de dos décadas. Lo que comenzó con unos empleos en Cuba, se convirtió en una carrera consolidada en México. Allí, AmparoRivelles, que comenzó trabajando en la obra de teatro 'Un cuarto lleno de rosas', pasó a ser una de las grades damas de las telenovelas. Y adquirir esa categoría en el país norteamericano abre todo tipo de puertas. En la pequeña pantalla se forjó en culebrones como 'Cuidado con el ángel', 'El otro', 'La leona', 'Anita de Montemar', 'La hiena' o 'Pasiones encendidas', muchas de ellas acompañada por el actor mexicano Ernesto Alonso. Estos trabajos le permitieron hacer cine en México, sobre todo melodramas familiares como 'El esqueleto de la señora Morales' o 'Los novios de mis hijas'.

A su regreso a España, a finales de los setenta volvió a la televisión con su hermano Carlos en 'Los gozos y la sombras' (1982); al teatro con 'El caso de la mujer asesinadita', que le valió el premio Miguel Mihura (1982). Junto a Lola Cardona protagonizó 'Hay que deshacer la casa' de Sebastián Junyent con gran éxito en el teatro. También protagonizó la versión en el cine de José Luis García Sánchez, lo que le valió el primer Goya a una actriz. También recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1990), el Premio Nacional de Teatro (1996) y la Medalla de Oro al mérito Círculo de Escritores Cinematográficos (2006). Se dio el gustazo de representar junto a Nuria Espert 'La Celestina', bajo dirección de Adolfo Marsillach, para celebrar sus bodas de oro en 1988. En 2006, tras 'La duda', decidió dejarlo.