NUEVOS DISPOSITIVOS

La manzana de ojos rasgados

Xiaomi es un auténtico fenómeno de masas en China con sus teléfonos. Ahora se prepara para el asalto del mercado occidental y ha fichado al hasta ahora comandante en jefe de Android

MADRID Actualizado: Guardar
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Quién sabe si el desaparecido Steve Jobs se revolverá en su tumba de la misma manera que Harry Houdini mostraba su lado más volcánico al ver cómo competidores con menos tablas se apropiaban de los trucos del escapista. Con ropa de sport, vaqueros y ese tono solemne que tanto recuerda al genio de Palo suele presentarse en el escenario Lei Jun, la mente que se esconde tras la gran sensación de la telefonía en China: Xiaomi.

Apodada como la Apple del gigante asiático, esta factoría tecnológica bebe directamente de la mitomanía que domina el mercado local. Fundada hace tres años, empezó con la venta de 'smartphones' en 2011. En poco más de doce meses ya había conseguido colocar siete millones de unidades de sus modelos más primitivos. Ahora estos guarismos alcanzan casi los veinte millones. Alejándose de la etiqueta 'low cost' que suele acompañar en muchos casos a las empresas chinas, Xiaomi ha conseguido asociarse a un concepto de exclusividad, terreno en el que la factoría de Cupertino se movió a sus anchas desde el lanzamiento del primer iPhone, aunque ahora afronte un periodo más complicado debido a la mejora de recursos en el resto de fabricantes.

Como muestra de la fiebre generada por la marca de Jun, un informático de 45 años de edad, un botón: la presentación de su último terminal. Ante un ejército de fans que daban buena cuenta de su euforia a base de gritos y banderas, en lo que parecía más la presentación del último fichaje de un equipo de fútbol, el Xiaomi 3 fue presentado en sociedad. Con una pantalla de cinco pulgadas y un sistema operativo basado en Android, se trata de los teléfonos más potentes que se pueden encontrar a día de hoy en el mercado gracias a sus tripas, que 'corren' de cuenta de Qualcomm -Snapdragon 800 a 2,3Ghz- y Nvidia Tegra, así como a sus 2 gigas de memoria RAM. Un atractivo terminal de gama alta que llegó con un precio casi irrisorio: 250 euros por el modelo de 16 GB.

Aunque hasta el momento este fenómeno se ha expandido dentro de las fronteras chinas, ahora miran hacia el extranjero y especialmente, al mercado occidental, donde sus compatriotas ZTE o Huawei han conseguido grandes resultados. Para ello, Jun ha reclutado a una de las personas de mayor relevancia en el planeta Android: Hugo Barra. El recibimiento fue único. La locura estalló al conocer al directivo, que tuvo que abandonar el acto escoltado por la Policía.

El portugués fue hasta hace pocas semanas la persona que más peso tenía sobre el sistema operativo móvil creado por Google y ha abandonado su cargo para ponerse al frente de la expansión internacional. Una salida comunicada con un escueto comunicado por el buscador, en el que agradecían los servicios prestados, aseguraban que le extrañarían pero celebraban que siguiese dentro del «ecosistema Android». Varios medios, entre ellos el Wall Street Journal, que en su web de tecnología adelantó la noticia, dieron el pistoletazo de salida a toda serie de rumores al asegurar que la marcha de Barra podía haber estado propiciado por un lío de faldas, en el que estarían implicados su expareja y el mismo Sergei Brin, cofundador de Google.