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Las profundidades del Universo vistas desde el desierto

ALMA, el mayor observatorio del mundo y un verdadero paraíso para el mundo científico, ha quedado inaugurado en Chile

SAN PEDRO DE ATACAMA (CHILE) Actualizado: Guardar
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El ALMA, el mayor observatorio astronómico terrestre del mundo, ha sido inaugurado este miércoles en el desierto del norte de Chile, con una potencia sin precedentes para escudriñar en las regiones más remotas del Universo.

El Gran Conjunto de Radiotelescopios de Atacama (ALMA, en inglés), con 66 antenas que pueden operar al unísono, está ubicado en el árido Llano Chajnantor a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar, en las cercanías del poblado de San Pedro de Atacama, a unos 1.600 kilómetros al norte de Santiago.

"Atención sala de control, autorización concedida. Apuntar ALMA al centro galáctico", ordenó por radio desde el Llano Chajnantor el astrónomo chileno Antonio Hales, tras ser autorizado por el presidente de Chile, Sebastián Piñera. Lentamente, 59 de las 66 antenas comenzaron a girar sobre su eje y apuntaron hacia el centro del Universo, en medio de los aplausos emocionados de los asistentes al acto, que se realizó unos 2.000 metros más abajo, en el centro de operaciones del observatorio. En octubre, las 66 antenas estarán plenamente instaladas y operativas.

"Aquí en este desierto, el más seco del mundo, es un gran privilegio poder inaugurar este observatorio, que es un verdadero gigante de la astronomía y observación", hja dicho Piñera. "ALMA es sin duda el radiotescolopio más poderoso del mundo", ha agregado el mandatario, explicando que el observatorio "va tener un aporte significativo a la humanidad entera, al permitir conocer mejor el Universo en que vivimos y tal vez nos va a ayudar a descubrir vida más allá del planeta Tierra".

El más avanzado

ALMA, que se comenzó a construir en 2003, es un emprendimiento conjunto de Europa, Estados Unidos y Japón. "Gracias a los esfuerzos y a las incontables horas de trabajo de los científicos y los técnicos de la comunidad de ALMA de todo el mundo, ALMA ya ha demostrado que es el telescopio milimétrico-submilimétrico más avanzado que existe, empequeñeciendo todo lo que teníamos anteriormente", ha señalado por su parte el director de ALMA, Thijs de Graauw,

"Este es un ejemplo de los grandes logros que se alcanzan cuando las instituciones y las naciones unen sus esfuerzos", ha manifestado por su parte en la ceremonia, Tim de Zeeuw, director general del Observatorio Europea Austral(ESO).

La capacidad de observación del flamante complejo astronómico asombra a los científicos. "ALMA es como una gran telescopio de 16 kilómetros de diámetro", ha resaltado De Graauw. Al captar longitudes de ondas milimétricas y submilimétricas invisibles al ojo humano y a otros instrumentos ópticos, ALMA puede llegar a las zonas más remotas, oscuras y frías del Universo, que emergieron tras el Big Bang o gran explosión inicial.

A diferencia de los telescopios ópticos o los infrarrojos, ALMA puede captar el débil brillo y gas presentes en la formación de las primeras estrellas, galaxias (conjunto de estrellas) y planetas, ubicadas en una zona extremadamente fría del Universo (entre -200 a -260 grados Celsius). "ALMA nos permite estudiar cómo las estrellas y los planetas se forman mediante la observación de las nubes de gas hechas de moléculas", ha explicado el jefe científico del proyecto, Ryohei Kawabe.

Tras una primera etapa de ciencia temprana, que arrancó a fines de 2011, con la operación de 16 de las 66 antenas, ALMA ya está en su segundo ciclo de observación científica y prepara ahora su tercero. "ALMA ya no es un cuento de hadas", ha recalcado De Graauw.

Ingenieros, astrónomos y científicos de 20 países

El Llano Chajnantor ("punto de partida" en kunza, la lengua de los atacameños) fue escogido para el proyecto por su extraordinaria sequedad, altura y superficie. Hoy en ALMA trabajan ingenieros, astrónomos y científicos de 20 países, que esperan aportar al conocimiento científico en los próximos 30 años.

El proyecto comenzó a construirse en 2003, cuando Estados Unidos, representado por su Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO, por su sigla en inglés), y ESO firmaron el primer acuerdo para la creación de ALMA. Un año después se integró Japón. Seis años más tarde, se instaló la primera antena en el Llano Chajnantor.

Las antenas de ALMA tienen siete y doce metros de diámetro y una precisión de observación equivalente a una fracción del espesor del cabello humano. Cada una de ellas pesa unas 100 toneladas y es movida a través de dos transportadores especialmente construidos para este propósito. Las imágenes extraídas por ALMA serán procesadas en el llamado 'Correlacionador', considerado uno de los computadores más potentes del mundo.