Una mala vuelta

La primera fase fue brillante para los equipos españoles en la Liga de Campeones. Todos lograron pasar de ronda. El Barça, sin dificultades; el Real Madrid, sin brillantez; el Málaga, con su mejor cara; y el Valencia, con algunos problemas. Cuatro de cuatro a los octavos. El único país en lograrlo. Por detrás quedaban Alemania e Italia, con tres clasificados.

Sin embargo, después del partido de ida de la primera eliminatoria directa de la 'Champions', esa solvencia mostrada en los primeros compases de la competición se ha convertido en perspectivas nada halagüeñas. Ninguno de los cuatro ha logrado un resultado positivo y todos deberán remontar en la vuelta en complicadas circunstancias.

El Valencia fue el que abrió la lista de decepciones. Es verdad que el rival era uno de los nuevos ricos de Europa, pero los de Valverde se lo pusieron demasiado fácil al PSG y a sus estrellas, que lograron una rápida renta de dos goles, y solo un tanto de Rami en los estertores del choque y la 'autoexpulsión' de Zlatan Ibrahimovic, que le impedirá disputar el trascendental partido de vuelta, dejó una pequeña esperanza para París.

El Real Madrid es el que mejor imagen ha dado, pese a enfrentarse, en principio, al adversario más peligroso. Ante el Manchester United derrochó intensidad, buen juego y ocasiones, pero los ingleses se llevaron un empate a uno del Bernabéu que obliga a los de Mourinho a repetir una noche mágica como las de antaño en el 'Teatro de los sueños'.

El Málaga, la sorpresa del torneo, se olvidó el buen juego de camino a Oporto. De Portugal, Isco y compañía se trajeron una derrota por la mínima (1-0) que permite pensar en que la remontada es posible. Para seguir haciendo historia, deben recuperar, en una Rosaleda que se vestirá de fiesta, el dominio del juego que cedieron a los 'dragones' en la ida y el afán ofensivo.

El peor resultado, por lo sorprendente, llegó de la mano del Barcelona. Después de dos semanas en las que el Milan se cansó de escuchar su manifiesta inferioridad, a la hora de la verdad, los 'rossoneri' tiraron de historia, de fuerza y de San Siro para sacar un 2-0 que ha conmocionado el fútbol europeo. La escuadra italiana maniató el talento azulgrana, convirtió el tiralíneas en un cuadro de borrones y dejó en la mínima expresión el peligro ofensivo de Messi, Iniesta y Pedro.

Ahora, el Camp Nou deberá vivir la «remontada histórica» que Xavi dice que le falta a su generación para que este Barça de ensueño no viva su peor pesadilla.