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Nick Cave regresa con un álbum crepuscular

'Push the sky away' es el decimoquinto trabajo del australiano con The Bad Seeds

MADRID Actualizado: Guardar
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Igual que un viejo vaquero del oeste, esos cowboys de hosca mirada y gesto concentrado que ensillan vigorosos su caballo para vivir una nueva aventura pese a ser apenas capaces ya de contar las muescas hechas en su revólver, Nick Cave ha desempolvado el rifle y reclutado a sus antiguos secuaces para hollar una vez más la tierra y demostrar que el sheriff sigue dispuesto a imponer la ley, reemplazando la impetuosa rebeldía de antaño por una paciente sabiduría adquirida con el paso del tiempo y que ni mucho menos está exenta del vigor que tanto contribuyó a gestar su leyenda.

Cinco años después de entregar 'Dig, Lazarus, Dig!!!', plagado de ramalazos funky, el australiano publica 'Push the sky away', su decimoquinto álbum con The Bad Seeds, la banda formada en 1983 a partir de la ruinas de The Birthday Party, y el primero sin Mick Harvey, su más veterano compañero de fatigas, que dejó la formación hace tres años. Sí están, en cambio, otros habituales como Warren Ellis, que se ocupa del violín, la flauta, la guitarra y los sintetizados; Thomas Wydler, a la batería; el bajista Martyn Casey; Jim Sclavunos, en la percusión; y Conway Savage, en los coros. A ellos hay que sumar al bajista Barry Adamsom, miembro fundador del grupo que regresa para la gira tras más de dos décadas concentrado en su carrera en solitario.

Una alineación de auténtico lujo para destilar un álbum crepuscular, grabado bajo los dictados de Nick Launay en La Fabrique, un lujoso estudio del sur de Francia. La furia de otros tiempos se torna aquí en calma, la virulencia muda en contención, desembocando en un conjunto armónico en el que, no obstante, se abren paso súbitos puñetazos en la mesa que retrotraen a las turbulencias de décadas pasadas.

La madurez de un mito

Un álbum hijo de la sosegada existencia que lleva en la costa inglesa quien fuera un 'enfant terrible' acostumbrado a transitar por sendas tenebrosas y que ha devenido en escritor maduro, padre responsable y cálido esposo entregado a un febril ritmo de trabajo que le permite sacar adelante dos grupos, firmar novelas y libros de poesía, participar en filmes como 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford' (Andrew Dominik, 2007) y escribir guiones cinematográficos como el que le entregó a John Hillcoat para rodar el western 'Sin ley', protagonizado por Shia LaBeouf.

Integrado por nueve temas en su versión sencilla, que se elevan a once en su edición de lujo, 'Push the sky away' es un trabajo coral, que huye de escuchas troceadas y que únicamente puede ser degustado en su conjunto, una suerte de libro dividido en capítulos que nació en el semisótano de la casa de Cave en Brighton mientras éste contemplaba a las estudiantes de una academia de inglés vecina y que han acabado convirtiéndose, sin proponérselo, en protagonistas de un álbum minimalista plagado de lirismo y en el que sobresale, una vez más, la grandiosa figura de Warren Ellis.

Desde 'We know who U R', calmado y contenido tema de apertura que ofrece un sensual relato del amor juvenil, hasta el aleccionador 'Push the sky away' que cierra el álbum al que da título, pasando por la apabullante 'We real cool', Nick Cave se erige en veterano maestro que está de vuelta de todo, un hombre que hace tiempo que ha exorcizado sus fantasmas y que contempla la vida con la lúcida mirada de un genio que pasará, por cierto, el 25 de mayo por Barcelona, donde oficiará como cabeza de cartel del Primavera Sound 2013. Una fantástica oportunidad para ver al mito en acción.