situación crítica en el país

Asad: «La intervención en Siria tendrá consecuencias mundiales»

El presidente sirio define a su país en una entrevista en Moscú como el "último bastión de la laicidad, la estabilidad y la coexistencia en la región"

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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El presidente sirio Bashar El-Asad ha rechazado los llamados a un exilio que le garantice su seguridad, afirmando querer "vivir y morir en Siria", en declaraciones a la cadena de la televisión rusa en árabe Rusiya al Yaum. El-Asad también ha advertido sobre una eventual intervención extranjera en Siria señalando que podría tener "consecuencias mundiales".

"No soy un fantoche, soy sirio y debo vivir y morir en Siria", ha declarado El-Asad, que desde hace 20 meses enfrenta una revuelta contra su régimen, según una transcripción publicada por el canal ruso en su portal internet. Esta semana, el primer ministro británico David Cameron había evocado que "podría arreglarse" una salida segura de su país para El-Asad, aún cuando expresó también el deseo que el presidente sirio rinda cuentas ante la justicia.

En sus declaraciones a la televisión rusa El-Asad también advirtió contra una intervención extranjera contra Siria, explicando que tal eventualidad podría tener "consecuencias mundiales" y remover la estabilidad regional. Siria es el "último bastión del laicismo, de la estabilidad y de la coexistencia en la región", afirmó El-Asad, y una intervención tendría un "efecto de dominó" que podría afectar al mundo desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico.

Continúa el baño de sangre

En caso de producirse, "el precio de una invasión extranjera en Siria podría ser mayor que el que el mundo está dispuesto a pagar", ha añadido. "No creo que Occidente vaya en esta dirección, pero si es el caso, nadie puede predecir los que ocurrirá".

Numerosas voces de la oposición, incluso del ejército rebelde que combate contra las fuerzas del régimen, han hecho llamados urgentes a la comunidad internacional para que intervenga y detenga el baño de sangre que, según organismos de derechos humanos ha provocado más de 36.000 muertos.