De profesión, 'campusero'

Si por algo se han caracterizado los encuentros de la Campus Party -y ya van 16 años de citas en varios rincones del planeta- es por reunir a personas que sienten verdadera pasión por temas como la tecnología y la informática. Más allá de la generosa banda ancha que acostumbra a centrar el interés de los medios de comunicación y de las hordas de 'frikis' que acuden a la cita para jugar 'online', los 'geeks' han encontrado en este evento un espacio en el que formarse y enseñar. El siguiente paso era, quizá, el más lógico de todos. Los organizadores de la Campus Party llevan más de año y medio preparando una plataforma para poner en contacto a 'campuseros' con pequeñas y medianas empresas.

«Nuestra intención es servir de puente a ambos», explica la cofundadora de la Campus Party, Belinda Galiano. Bajo el lema 'La red de conocimiento donde se crea y se comparte', Campus busca unir oferta y demanda en un portal al que una pyme pueda acudir con un problema concreto para buscar soluciones fuera de la empresa. Galiano lo explica con un ejemplo:«Necesito crear una página web para promocionar un producto y solo tengo 1.500 euros. Lanzo la petición y en pocos minutos recibo la contestación de varios 'campuseros' dispuestos a aceptarla y a hacerme contraofertas».

La plataforma, que se lanzará en octubre, es la cristalización de una idea que ha ido tomando cuerpo en las últimas ediciones del evento. Durante estos años, entidades públicas y privadas han ido lanzando diversos retos a los que los 'campuseros' aportaban soluciones. Así, el pasado año Sao Paulo pidió a los participantes ideas para modernizar y mejorar la ciudad brasileña a base de tecnología e imaginación. Colombia, escenario de la cita más reciente, hace tan solo unos días, también solicitó una aplicación para móviles y tabletas que «mejorase la calidad de vida de los ciudadanos colombianos». Incluso la compañía aérea Iberia ha pedido a los 'geeks' que desarrollen su juego oficial a través de la página web de la Campus Party.

Talento

Lo cierto es que mano de obra y ganas no faltan. «Contamos con una base de datos de más de 200.000 'campuseros'», explica Galiano. Una relación de nombres muy golosa para las empresas del sector, dado que todos ellos están convenientemente ordenados en base a sus aficiones, intereses y formación. Hasta ahora, la información que se recogía en las inscripciones servían para conectar a los propios participantes en aras de compartir experiencias y conocimientos.

Cabe preguntarse, sin embargo, por qué una compañía va a acercarse a esta plataforma en lugar de a portales más tradicionales como Linkedin o Infoempleo. Galiano lo tiene claro: «En primer lugar por la credibilidad y confianza. Llevamos unos años poniendo en marcha retos y dando soluciones a diferentes problemas y las empresas e instituciones públicas están contentas con nosotros». Por otra parte, considera que el enfoque es distinto ya que «en Linkedin lo que quieres encontrar es un empleado. Aquí lo que busca una pyme es el perfil de un apasionado por las nuevas tecnologías que, estudie, trabaje o esté en paro, pueda dedicar unas horas de 'freelance' a un determinado proyecto».

Asier Arranz, un desarrollador de 28 años, así lo entiende. Este joven bilbaíno es ejemplo de ambas realidades. Fue invitado a la Campus Party cuando tenía 23 años para enseñar una aplicación que había encantado a Nokia y recibió una beca de Telefónica. Ahora es propietario de Nebutek, una pequeña empresa que sobrevive a base de pequeños desarrollos. En este sentido, entiende que la idea de Campus es «fantástica. Era necesario un espacio en el que reunir 'geeks' con estas afinidades'. Si necesito diseñadores, ahí los voy a encontrar», sostiene.

Además del área de negocio, la plataforma estará dotada con diversas herramientas para crear y aglutinar contenidos, que, de otra manera, se presentan dispersos y difíciles de encontrar, y servir de punto de encuentro entre 'campuseros'. De lo que no cabe duda es de que la percepción que se tiene sobre los 'geeks' ha cambiado. «Somos un colectivo interesante, que tiene la capacidad de modificar industrias para mejor. Y en España ya se nos ve de forma muy golosa», concluye Galiano. Quizá este proyecto acabe haciendo certera su opinión.