Conflicto del carbón

Los mineros de Santa Cruz

Los trabajadores encerrados en el pozo leonés simbolizan la lucha de las cuencas españolas por su supervivencia. Esta es su historia

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Cumplen 28 días sin ver el sol ni a sus familias. El pasado 21 de mayo decidieron encerrarse en el pozo de Santa Cruz, en la cuenca del Sil. Son los ocho de Santa Cruz -siete desde que Eduardo González se viese obligado a abandonar a causa de una bronquitis que podía derivar en pulmonía-. Enterrarse a tres mil metros de distancia de la bocamina es su modo de protestar por la decisión del Gobierno de recortar en 190 millones -el 63%- las ayudas a la producción y la amenaza de impago de salarios por parte de su patrón. Defienden el trabajo que les permite alimentar a sus seres queridos y no están dispuestos a dar su brazo a torcer. "Antes muerto que ceder", comenta uno de ellos.

Además, no están solos. Lo dejaron claro las dos mil personas, procedentes de las diversas cuencas leonesas, que el miércoles llenaron la explanada de la explotación. En los pozos asturianos de Candín y Santiago, siete compañeros de profesión han seguido su ejemplo.

Bajamos a la mina leonesa para acompañar a estos hombres que simbolizan la lucha de las cuencas españolas por su supervivencia.