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David Cronenberg se acerca al apocalipsis

El español Méndez Esparza logra en premio de la Semana de la Crítica con 'Aquí y allá', una historia de emigrantes mexicanos en EE UU

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David Cronenberg, el último de los pesos pesados de la competición de este Cannes 2012, ha sumido a los espectadores en la confusión y la decepción. 'Cosmóplis', título del filme, es una metáfora del fin del mundo, pero aquí no hay catástrofes apocalípticas, choques planetarios o pandemias. Aquí la civilización toca a su fin con la rebelión de los ciudadanos ante broker bursálites, mercados económicos y manifestaciones callejeras. Con Robert Pattinson como protagonista absoluto, cuenta con diferentes apariciones de Juliette Binoche, Sara Gadon, Mathieu Amalric y Paul Giamatti.

Cronenberg adapta la novela homónima del popular escritor estadounidense Don DeLillo en un cruce de drama y 'thriller': sigue a Eric Packer (Robert Pattinson), un joven multimillonario, especulador de Wall Street que decide trasladarse de una punta a otra de Nueva York en su lujosa limusina para cortarse el pelo. Se trata de un día especialmente conflictivo, pues el presidente de la nación visita la ciudad y Manhattan estará con el tráfico colapsado. Además este broker está a punto de entrar en bancarrota, ya que invirtió todo su dinero -y el de los accionistas que confían en él- en una operación muy arriesgada.

Durante este recorrido entrará en contacto con distintas personas. algunas de las cuales entrarán en la limusina, como su asesora financiera, a quien encuentra corriendo por el parque al ser su día libre y con quien mantiene unas relaciones sexuales muy particulares mientras un médico le realiza una exploración de próstata. En otros casos es el propio broker el que abandona el vehículo, ya sea para comer con su millonaria esposa poeta, con quien lleva casado veintiún días, aunque todavía no han consumado el matrimonio, o para hacer el amor con antiguas amantes, por supuesto de forma más próxima al sadomasoquismo que al romanticismo. Todo ello con la ciudad sumergida en un caos indescriptible, con caóticos atascos de tráfico y con los antisistema apoderándose de las calles.

Guion en seis días

Cronenberg ha confesado que escribió la adaptación de la novela de DeLillo en una semana y que durante el rodaje coincidió con el movimiento de los indignados: "El productor Paolo Branco me ofreció adaptar la novela. Lo hice en una semana e inmediatamente pasó a ser mi proyecto: Lo que le ocurre a un joven que se ha hecho multimillonario en la bolsa, durante un día en que cruza Nueva York en su limusina. Se siente como un emperador en su trono, su pequeño imperio desde el interior del vehículo, donde recibe diferentes visitas". Sobre si la ambición sin límites de financieros y mercados van a acabar con la civilización, como parece proponer el filme, Cronenberg asegura que "no tengo respuestas para esto. No tengo ni idea de lo que va a pasar, bi creo que nadie lo sepa", aunque reconoce que "estos babys que de la noche a la mañasna se han convertido en multimilonarios y que con sus decisiones hacen tambalearse economías y países, son muy reales. Les falta madurez", reconoce el cineasta.

A su lado, Robert Pattinson, que ha pasado de ser el vampiro de 'Crepúsculo' a un terrible vampiro del capitalismo, ha reconocido que "pasé dos semanas encerrado en la habitación de un hotel, preocupado, sin saber muy bien qué hacer. Fui a hablar de la película con David y él me dijo: '¡Comencemos y ya veremos!'. No es posible preparar este personaje como lo haría con otro. El guion me gustó porque era lírico, parecía que estuviéramos entonando una canción. Presentamos un mundo que no tiene sentido y que debe ser purificado. Pero se supone que no hace falta ser inteligente para ser actor", a lo que Cronenberg ha puntualizado que "es muy fácil decir que el personaje de Robert Pattinson es una especie de vampiro que chupa la sangre de Wall Street. Pero un actor no puede encarnar algo abstracto. Es un personaje auténtico, que tiene un pasado. 'Cosmopolis' evoca el espectro del capitalismo. Prácticamente evocamos el manifiesto de Karl Marx".

La película, abucheada por la prensa, ha sido la gran decepción del Festival, ya que estaba considerada como la 'gran esperanza blanca' que hiciese algo de sombra a 'L'amour', de Michael Haneke, la gran favorita de Cannes 2012 y la única que aprueba, según la puntuación de los críticos que recogen las diferentes revistas que se publican diariamente en el certamen. Es una película que descansa sobre una unterpretación, llena de diálogos, y Pattinson aun está muy verde para soportar él solito el peso de una película. El filme se hace largo, es reiterativo (los últimos 20 minutos son de diálogos insulsos que no dan respiro al espectador) y tanta limusina cansa, auque el protagonista salga unas cuantas veces de ella.

La otra película de la competición, la rusa 'V tumane', de Sergei Loznitsa es una historia bélica sobre la ocupación nazi en bielorusia, que no solo se hace pasada y aburrida sino que además es muy antigua, parece uno de aquellos filmes soviéticos didácticos de los 70, que daban vueltas y vueltas sobre la crueldad de los alemanes.

Mucho más interés ha tenido 'Renoir', una mirada al pintor August Renoir en su vejes, en su retiro de la Riviera francesa donde seguía pintando a su hijo el futuro cineasta Jean Renoir, que llega herido del frente de la Primera Guerra Mundial, y a la joven modelo que entra en sus vidas. Una película luminosa, de enorme belleza plástica, muy inspirada por los cuadros del pintor, que habla de la alegría de vivir, de la creación artística, y de las relaciones familiares. La película ha clausurado 'Un certain regard', sección que este sábado otorga sus premios, a los que optan 'Elefante blanco' y '7 días en La Habana'.

Premio de la Semana de la Crítica

Uno que ha tiene premio en su maleta es el madrileño Antonio Méndez Esparza, que en la noche del jueves recibió el Premio de la Semana de la Crítica, donde había presentado 'Aqui y allá', una coproducción entre México, Estados Unidos y España, que habla de los emigrantes mexicanos en Estados Unidos. Rodada en México con actores no profesionales, cuenta el regreso a México de un hombre tras haber estado trabajando años en Estados Unidos, reuniéndose con su esposa e hijos, que han cambiado y ahora se muestran muy fríos con él. A la vez también entrará en contacto con otros compatriotas que sueñan con emigrar a Estados Unidos. Antonio Méndez Esparza estudió cine en Estados Unidos, donde ha vivido varios años y donde realizó varios cortometrajes: 'Aquí y allá' es su ópera prima en el largometraje.

Brad Pitt habla de 'Killing Them Softly'

Aunque no está entre las favoritas para los premios, Brad Pitt se ha multiplicado en la promoción de 'Killing Them Softly', el thriller de Andrew Dominik, que no solo protagoniza sino que produce. La película muestra el ataque de dos delincuentes de poca monta a una partida de póker ilegal entre miembros de la mafia. Los mafiosos contratan a un asesino (Pitt) para que cace a los atracadores.

La película también habla del capitalismo: "Sin duda, se refiere a un capitalismo darwiniano, que no toma prisioneros", dice Pitt. "Mi personaje tiene unas reglas muy simples: Seguir siempre adelante. Jackie Cogan intenta asesinar con precisión, para que no sea demasiado doloroso para su víctima, que debe morir pase lo que pase. Este último punto tiene que ver con el business, que no tiene por qué tener piedad". En una frase de la película se dice que Estados Unidos no es un país, es un negocio: "Es una visión de Estados Unidos que, lógicamente no comparto por completo. La frase dicha en la película tiene su lógica. Y puedo entender quién ve las cosas de esta manera. América es una gran nación, compleja y diversa, que ahora atraviesa un momento complicado, es el tiempo del cólera", reconoce el actor, que ha viajado a Cannes solo, ya que su compañera Angelina Jolie está preparando un proyecto.

El actor reconoce que tuvo tres motivos para implicarse tanto en esta película: "Por un lado el director, Andrew Dominik, con el que había trabajado en 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford'. Adoro su trabajo y su manera de psicoanalizar los personajes. También porque creo que es el momento adecuado para hacer una película así en Estados Unidos, cuando las cosas parece que se mueven un poco, pese a que atravesamos tiempos muy duros, y también por la historia en sí misma que paralelamente habla de la avidez del sistema capitalista entre mafiosos". Un aspecto muy comentado del filme es que se desarrolla durante la campaña presidencial que llevó a Barack Obama a convertirse en el primer presidente negro de los Estados Unidos, con sus discursos y debates siempre de fondo en las televisiones: "Más que de la campaña presidencial lo que se muestra es la discusión que generó en aquella campaña los propios problemas de la gente. Yo hice campaña a favor de Obama, pero la película no tiene que mostrar mi punto de vista. Yo soy más de izquierdas".

Un tema siempre presente al hablar de 'Killing Them Softly' es la ultraviolencia que desprende el filme. En la rueda de prensa Pitt se justificó alegando que «prefiero interpretar a un asesino que a un racista», declaración que ahora matiza: "El mundo de hoy está lleno de violencia. La televisión, los periódicos, nos la muestran a diario. No se le puede dar la espalda. Si existe la violencia hay que filmarla y a mi no me escandaliza filmarla en una película de género como ésta", aclara.