entrevista a antonio méndez esparza

«Me gusta el cine que observa y no trata de interferir»

El realizador madrileño presenta su ópera primera 'Aquí y allá' en la Semana de la Crítica, certamen paralelo al Festival de Cannes que apuesta por el cine más arriesgado de los cineastas emergentes

MADRID Actualizado: Guardar
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A pesar de la situación de la industria cinematográfica, al realizador madrileño Antonio Méndez Esparza no le dio vértigo embarcarse en la dirección de su ópera prima, 'Aquí y allá'. Ni siquiera para apostar por una cinta arriesgada dentro del dictado comercial, con un trabajo de ficción barnizado de documental y con un reparto de actores no profesionales. En España no se prevé su estreno al menos hasta 2013, pero su apuesta ya le ha reportado alguna que otra alegría, como su selección para la Semana de la Crítica, donde el realizador estrena su cinta esta noche. Creado en 1962 por el Sindicato francés de la Crítica de Cine, se trata de un certamen paralelo al Festival de Cannes que apuesta por el cine más arriesgado de cineastas emergentes y que ha servido como trampolín a figuras como Bernardo Bertolucci, Ken Loach, Guillermo del Toro o Jacques Audiard.

En la cinta, rodada en la Sierra de Guerrero (México), Méndez Esparza propone la historia de un hombre que vuelve a su pueblo tras varios años trabajando en Estados Unidos y que "trata de recuperar su posición como padre, como marido y su puesto en la comunidad", según explica. Y lo hace a través de cámaras estáticas y actores que se interpretan a sí mismos. "No es un documental, pero está filmada como si lo fuera, con localizaciones reales y actores no profesionales. El rodaje fue muy complicado, pero la gente nos abrió la puerta de su casa y el resultado ha sido muy gratificante", señala. Su mirada como director, según explica, fue la de "un mero observador, un extranjero". "Muchas veces me pregunté quién era yo para hacer una película sobre un país que desconozco. La respuesta es que lo único que intentaba era mostrar la historia de un hombre que regresa a su país, contar las cosas que había visto tal y como las había visto, buscando de algún modo una visión neutral, aunque de base ya sea complicado. Intenté retratar a los personajes como eran, dando las mínimas instrucciones, de hecho, entre el guión y el resultado final hay un abismo", asegura el realizador.

Licenciado en Derecho en España y formado después como cineasta en la Universidad de Columbia de Nueva York, la primera película de Méndez Esparza se ha llevado a cabo a través de su propia productora, fundada junto a un amigo ingeniero y un socio mexicano del mundo de la televisión. Para su primer largo, de coproducción mexicana, no ha contado con ayudas en España. "No ha resultado cara pero dar salida a una segunda va a resultar más complicado de lo que pensábamos, más aún con el actual panorama de ayudas al cine español", explica. De momento, sus expectativas se reducen a que la película se estrene. "Me gustaría que la gente tuviera la oportunidad de verla y esperar su reacción, aunque soy consciente de que hay una competencia enorme de películas buenísimas", admite.

Deseo cumplido

En cuanto a la Semana de la Crítica, cuyo premio se entrega el 24 de mayo, asegura que su satisfacción está colmada con el mero hecho de haber sido seleccionado para un certamen que apuesta por la renovación del séptimo arte y, por tanto, supone "una responsabilidad para ellos elegir qué tipo de películas mostrar". "Es una sección para primerizos muy cuidada y en la que te miman mucho, porque eres el benjamín de la casa. Me apetece mucho conocer a los seleccionados y observar otras maneras de hacer cine", explica.

Es, junto con Jaime Rosales, el único representante español en Cannes, ambos fuera de la competición oficial, aunque no cree que sea representativo de la percepción del cine español en otros países. "En Nueva York gusta mucho el cine que se hace en España, Almodóvar está considerado un genio absoluto y hay interés por otros directores", asegura. También nota un cambio creciente en España. "Las distancias se están acortando -asegura-, y cada vez hay más directores que tratan de reinventar géneros y acercarse más al público. Igual hace falta dar un pasito más y abandonar eso tan español de tirar piedras en nuestro propio tejado".