elecciones presidenciales en francia

Marine Le Pen impulsa a la ultraderecha

Tercera en los comicios, se afianza en el tablero político tras haber reforzado el Frente Nacional e impuesto sus temas en los debates

PARÍS Actualizado: Guardar
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La dirigente de extrema derecha Marine Le Pen, que ha quedado en tercer lugar en la primera vuelta de la elección presidencial francesa, se afianza en el tablero político tras haber reforzado su partido, el Frente Nacional (FN), heredado de su padre, e impuesto sus temas como la inmigración y el islam en los debates de campaña.

Poco más de un año después de haber sido elegida presidenta del FN, Marine Le Pen ha obtenido entre 18 y 20% de los votos, un nivel jamás alcanzado antes por su partido, y queda en el tercer puesto detrás del socialista François Hollande y del presidente conservador Nicolas Sarkozy, que disputarán la segunda vuelta.

En ese tiempo ha ganado el reto de afianzar su partido en el panorama político, relegando a un segundo plano la imagen de formación política extremista heredada de su padre, Jean-Marie Le Pen, varias veces condenado por sus frases racistas.

"Hemos hecho estallar el monopolio de los dos partidos de la banca, la finanza y las multinacionales", ha declarado Marine Le Pen este domingo, apropiándose, como hizo a menudo en la campaña, de temas tradicionales de la izquierda.

Oradora eficaz, Marine Le Pen, de 43 años, reitera en sus discursos los temas habituales de la extrema derecha contra la inmigración y el islam, pero lo hace invocando el laicismo. "Antes el islam era considerado como una amenaza para la civilización cristiana. Ahora amenaza el laicismo, la tolerancia, el derecho de las mujeres, lo que es más ventajoso electoralmente", señala el sociólogo Sylvan Crépon. En una reciente entrevista en la televisión israelí, Marine Le Pen afirmó incluso que el "antisemitismo en Francia" es "a menudo consecuencia del fundamentalismo islámico" y no de las posiciones del FN.

De la misma manera, Marine Le Pen abandonó el tradicional discurso nacionalista pero económicamente liberal de su partido, presentándose como defensora de los trabajadores perjudicados por la mundialización, el "libre intercambio desleal" y la "dictadura de Europa", y aboga por el abandono del euro y el retorno al franco.

Mejor resultado que el obtenido por su padre

Abogada de profesión, madre de tres hijos y dos veces divorciada, se presenta asimismo con una "mujer moderna". Pese a ello, durante la campaña electoral provocó la indignación de los partidos de todas las tendencias y de las asociaciones feministas al afirmar que, si gana, hará que la seguridad social deje de pagar las interrupciones voluntarias de embarazo en caso de problemas presupuestarios, para destinar esos fondos a la atención médica indispensable.

Marine Le Pen no dejó nunca de pesar en la campaña en los últimos meses y logró incluso imponer en el debate político algunos de sus temas predilectos, en particular la inmigración y el islam. Fue ella quien lanzó la polémica sobre la carne halal (de animales matados según las reglas musulmanas) que envenenó la campaña semanas atrás y provocó la indignación de las instancias representativas de los musulmanes y los judíos de Francia.

Aunque ella afirmaba su ambición de ganar las elecciones presidenciales, su reto era igualar al menos a su padre, que en 2002 logró pasar a la segunda vuelta, en la que fue derrotado por Jacques Chirac. Ella no ha pasado a la segunda vuelta, pero su resultado es superior al de su padre, que obtuvo entonces el 16,8% de los votos.