fútbol

Guardiola se lleva los palos del clásico

Su mensaje en la víspera, la alineación, el sistema y el conflicto con Piqué centran el debate antes de otra final ante el Chelsea.

BARCELONA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

“Cuesta dormir tras perder un partido ante el Madrid, en tu campo y con la Liga en juego. Pero ya está perdida, salvo milagro, y la suerte que tenemos es que el martes nos jugamos la final de la Liga de Campeones y con eso está todo dicho. A cambiar de chip y a seguir compitiendo”. La frase de Xavi Hernández confirma que el 1-2 en el clásico del Camp Nou dejó muy ‘tocado’ al Barça, pero también demuestra que el equipo azulgrana ya ha desconectado para intentar remontar el 1-0 al Chelsea, también en el Camp Nou, y meterse en la gran cita de Múnich.

Las palabras del centrocampista azulgrana sirvieron de terapia personal y colectiva. No fue casual su comparecencia en la sala de prensa de la Ciutat Esportiva apenas doce horas después de un palo deportivo tan grande. Nadie como Xavi para pedir el apoyo de la afición para el martes, tranquilizar ánimos y evitar polémicas.

Y, efectivamente, habrá una tregua porque la posibilidad de clasificarse para final de la ‘Champions’ es “media temporada”, como dijo el egarense, que además conllevaría un hipotético pulso a pecho descubierto con el Real Madrid, si elimina al Bayer a su vez, sin condicionantes previos. El sábado, al Barça solo le valía la victoria y salió precipitado desde el inicio ante un Madrid más sereno que incluso perdiendo hubiera seguido mandando en la clasificación.

Pero prisas excesivas a un lado, el clásico creó numerosos interrogantes que quizás mueran sin respuesta el miércoles o vuelvan a recobrar vigencia en caso de K.O. europeo. Ahora se cuestionan, por ejemplo, los mensajes de Guardiola en las horas previas. “Pase lo que pase, este equipo ya ha ganado”, dijo. No parece le mejor forma de tensionar a sus jugadores.

Veinteañeros presionados

Al técnico azulgrana también se le reprocha su arriesgada alineación, con dos veinteañeros como Tello y Thiago en el once inicial en detrimento de Pedro y Keita o de jugadores más experimentados (y mucho más caros) como Alexis y Cesc. A los dos citados, pese a su desparpajo, les pudo la presión de un partido para elegidos. Aprendieron para el futuro, pero el presente exigía otra cosa.

El 3-4-3 también fue un juguete en manos del sistema de Mourinho, no tanto por el dibujo táctico como por la elección de jugadores. Alves, todo pundonor, no es extremo. Lo suyo es llegar por sorpresa, no vivir al lado del lateral. Y si éste era Coentrao, un manojo de nervios, quedó claro que Guardiola desaprovechó el regalo del técnico portugués, obsesionado con alinear a los de su cuerda. Con Alves y Tello abiertos a las bandas, Messi fue un muñeco ante Pepe y Ramos, ayudados por Khedira y Xabi Alonso en la zona de influencia del ‘10’ azulgrana. Solo cuando entró Alexis para complicar la vida los centrales madridistas en la lucha cuerpo a cuerpo hubo espacios para Leo. Pero fue muy tarde.

Guardiola, siempre muy rápido de mente, casi un visionario, estuvo muy espeso el sábado y muy poco participativo desde la banda. Las cosas no funcionaban y él apenas movía piezas. Sorprendente. Ese ánimo triste poco habitual que transmitió juega en contra de su retraso en comunicar al club si renueva o no. Al entorno no le cuesta nada relacionar las cosas. Muchos tienen más claro ahora que se irá.

Y para el final queda la pregunta del millón. ¿Qué pasa con Piqué? Suplente en Londres y ante el Madrid pese a estar recuperado de su lesión, cada vez es más evidente que pasa algo entre el central y el entrenador. No ha trascendido nada oficialmente, solo rumores que hablan de tensas reuniones en privado y de algún conflicto en voz alta ante los compañeros. Guardiola ya echó a Eto’o, Ibrahimovic y Bojan cuando fueron voces discordantes, pero Piqué es diferente. Tiene carisma en el vestuario. Y muchos amigos. El técnico debe medir bien su comportamiento con un líder en la sombra. Para llamar a la concordia, el lunes habla Piqué en la previa del choque decisivo ante el Chelsea. Era necesario.