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Condenado a cadena perpetua el jefe torturador del Jemer Rojo

El Tribunal Internacional del país ha declarado a Duch culpable de exterminio por los 16.000 muertos en la prisión que dirigió

PHNOM PENH Actualizado: Guardar
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El Tribunal Internacional de Camboya ha condenado hoy a cadena perpetua al jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, al apelar la pena de 35 años impuesta en 2010 por la muerte de unas 16.000 personas en la prisión que dirigió. El juez de la Corte Suprema del tribunal, Kong Srim, ha elevado la condena al añadir los cargos de exterminio, esclavitud, encarcelamiento, tortura a los de crímenes contra la Humanidad y de guerra por los que había sido condenado en primera instancia.

La Sala también ha anulado la compensación por el tiempo pasado en la cárcel sin juicio, entre 1999 y 2007, y ha desestimado el peso de los atenuantes expuestos por la defensa. "Los crímenes cometidos por Kaing Guek Eav se encuentran entre los peores de la historia. Merecen la pena más dura que exista", ha dicho el juez.

Kaing Guek Eav, alias Duch, había recurrido la sentencia, rebajada a 30 años en compensación por la detención ilegal, y había pedido la absolución a pesar de haber reconocido su culpabilidad en la tortura y asesinato de miles de personas en la prisión de Tuol Sleng, conocida también como S-21. En el caso de haberle mantenido la misma pena, Duch habría tenido que cumplir otros 17 años de cárcel por haber pasado ya casi 13 entre rejas.

Durante la apelación, sus abogados mantuvieron que el tribunal auspiciado por Naciones Unidas no tiene jurisdicción para procesar a su cliente, ya que consideran que no fue un destacado cargo del régimen ni responsable directo de los crímenes cometidos dentro de la prisión, en la que, de acuerdo a ellos, se limitó a cumplir órdenes.

Alegría de las víctimas

El juez ha rechazado los argumentos de la defensa y ha estimado que los jueces de la sala de primera instancia habían dado demasiada importancia a atenuantes como la colaboración de Duch con el tribunal, sus muestras de arrepentimiento y peticiones de perdón a las víctimas. La Fiscalía también ha recurrido el fallo inicial para pedir cadena perpetua, conmutable por no menos de 45 años, al considerar "oportunista" la cooperación del acusado.

Duch escuchó la mayor parte del discurso del juez sentado en su banquillo y solo se sentó en la palestra unos minutos para oír la sentencia definitiva recibida con alegría por las víctimas. "Estoy muy satisfecho con la sentencia, era la única forma de hacer justicia", ha afirmado Bou Meng, uno de los pocos supervivientes de la prisión. Los abogados de las víctimas recalcaron sin embargo que, según la ley camboyana, el condenado puede pedir el perdón tras 20 años de prisión, lo que en el caso de Duch se cumpliría dentro de 7 años.

Duch es el primero de entre los destacados cargos del Jemer Rojo implicados en las atrocidades cometidas durante el régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas, entre 1975 y 1979. Otros tres acusados -el ideólogo y número dos de la organización, Nuon Chea; el exministro de Exteriores, Ieng Sary; y el exjefe de Estado, Khieu Samphan- se sientan desde el pasado noviembre en el banquillo del tribunal.

Pol Pot, máximo dirigente del Jemer Rojo, murió en abril de 1998 en la base de la guerrilla situada en Anlong Veng, en el noroeste de Camboya.