EL ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo. / Efe
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García-Margallo, crítico con la política exterior del PSOE

Asegura que el PP quiere que una verdadera "política de Estado" y recuperar la auténtica imagen de España

MADRID Actualizado: Guardar
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El nuevo ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha reconocido que tiene una "visión bastante crítica" respecto a la política exterior que ha mantenido el Gobierno de Zapatero y ha asegurado que el PP quiere ahora que haya una verdadera "política de Estado" en este ámbito y recuperar la verdadera imagen de España tras "ocho años de excepción".

En una entrevista concedida a Onda Cero, el nuevo jefe de la diplomacia ha opinado que el anterior Ejecutivo debería haber "prestado mucha más atención por ejemplo a los temas europeos, en donde se estaba discutiendo el futuro de Europa y esa famosa división de una Europa a varias velocidades (...) y menos a una cosa tan etérea como la Alianza de Civilizaciones". Sin embargo, el PP lo que quiere ahora "más que abrir heridas y mirar hacia atrás", es mirar hacia delante y tratar de que la política exterior sea "una política de Estado" en la que participen no solo todas las fuerzas políticas, sino también las comunidades autónomas.

García-Margallo ha reconocido que en este momento la imagen de España en el exterior "no es excesivamente buena" y ha defendido, como ya hizo el ahora presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la cumbre del PPE en Marsella el pasado 8 de diciembre, que "la imagen de España no es la imagen de estos ocho últimos años" sino la de la "España que fue capaz de hacer la Transición" y la de 1996 que consiguió "revertir una tendencia" y entrar en el euro. La imagen que quiere proyectar el nuevo Gobierno del PP es la de que "cuando los españoles tenemos ganas y nos ponemos de acuerdo para hacer las cosas en común las hacemos muy bien", ha precisado.

En su opinión "la política exterior tiene que tener una enorme continuidad y una enorme previsibilidad, tienes que ser un socio fiable si quieres que te tomen en serio", ha añadido. Ha explicado que su objetivo es "hacer una diplomacia del siglo XXI" apostando por la "internacionalización de las empresas españolas" y la "diplomacia económica" y una "diplomacia de los ciudadanos" para "ayudar a los españoles que están fuera" o a los que se quieren "emprender una aventura en el extranjero".

Tratado intergubernamental

García-Margallo ha señalado que el principal objetivo es que España se incorpore a la discusión sobre el nuevo tratado intergubernamental para una mayor disciplina fiscal en la UE. Aunque actualmente, ha precisado, no hay países de primera y segunda en dicha negociación, puede que esto sí ocurra en un futuro cuando, según él, se cree "una especie de Tesoro europeo" y entonces, "España tiene que estar en la primera división".

Según el ministro, el principal problema al que se enfrenta actualmente la UE no es económico sino "político" ya que "los inversores del mundo están desertando de la zona euro para refugiarse en otras zonas que tienen números mucho peores que los nuestros" como Japón, Estados Unidos y Reino Unido porque "dudan de que seamos una zona euro irreversible en el tiempo". "Nos ven como una especie de sistema de cambios fijos que en cualquier momento puede saltar", ha agregado, ilustrando que los inversores ven a la eurozona no como "un matrimonio de los de antes, en el que se comparten vida y haciendas para siempre, sino como una especie de apaño de fin de semana que puede saltar en cualquier momento".

En cuanto a las relaciones con América Latina, ha apostado por tratar los asuntos con estos países como "asuntos de familia", aunque hay "algunos que se aproximan más a nuestra concepción de la vida política y otros menos, pero todos son miembros de la familia". Además, hay que cambiar la "percepción" que se tiene de estos países, puesto que ahora están creciendo más que la UE y hay que buscar el acuerdo "para defender nuestros intereses comunes". En este sentido, ha considerado que la próxima Cumbre Iberoamericana que se celebrará el próximo otoño en Cádiz debe servir para "buscar una agenda" e "identificar los temas" de interés con el fin de "llegar a posiciones comunes".