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Los aspirantes socialistas al Elíseo libran su primer combate

François Hollande, favorito en los sondeos, asegura que el proyecto de Sarkozy "ha fracasado"

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El combate por las primarias socialistas ha encontrado su primer campo de batalla en la esfera pública con un debate televisado en el que los seis concurrentes han intentado convencer a la ciudadanía antes de que en octubre todo aquel inscrito en las listas electorales decida su suerte en las urnas.

Para evitar susceptibilidades su orden de presentación e intervención en el programa 'Actos y palabras' de la cadena pública 'France 2' fue sorteado, mientras que la introducción que cada uno realizó de su proyecto fue filmada con el mismo tipo de plano y fondo.

François Hollande, favorito en los últimos sondeos; Martine Aubry, primera secretaria del PS; la excandidata presidencial Ségolène Royal, y Manuel Valls, Arnaud Montebourg y Jean-Michel Baylet, que conforman a priori la tríada con menos posibilidades, iniciaron un debate de 50 minutos después de haber acaparado la atención en solitario durante otra decena.

La economía, el asunto estrella

La situación financiera y bancaria, el poder de adquisición de los ciudadanos, el desempleo y la necesidad de emprender un "crecimiento verde" estuvieron en boca de todos los candidatos, desde quien como Royal se presentó como "garante del orden público moral", hasta quien como Valls dijo encarnar "una izquierda que devuelve la esperanza".

Entre el impulso por destacarse entre ellos no faltó un contrincante común, el presidente Nicolas Sarkozy, cuyo proyecto, Hollande en concreto, consideró que "ha fracasado" y que para lograr el cambio se requerirá "credibilidad, Justicia y esperanza".

Montebourg, que ha lamentado en otras ocasiones que la prensa obvie su campaña, afirmó que los responsables de esa crisis son "las finanzas mundiales y los gobiernos que dimitieron ante ellas", y sin llegar al extremo de querer nacionalizar la banca, sí instó a "ponerla bajo tutela y prohibir que especule con dinero ajeno".

Por su parte Aubry, que dijo tener entre sus prioridades "el empleo y el poder de adquisición, la educación y la seguridad", explicó que la mitad de la reforma fiscal a la que aspira irá dirigida a la reducción del déficit, y la otra a la financiación de tales prioridades.

La "regla de oro" de Sarkozy, que prevé anclar en la Constitución la obligación de marcarse objetivos de cara al equilibrio presupuestario, apareció igualmente en el debate, calificada de propuesta que, según Valls, él mismo lanzó hace dos años, o defendida también por Royal, que la bautizó como "regla de buena gestión".

Más allá de los problemas financieros, la excandidata presidencial, que de 2007 a ahora dijo estar "no más hacia la derecha o hacia el centro, sino más adelante" por haber "trabajado duro", avanzó su intención de convertir a Francia en "la primera potencia ecológica de Europa". Y en ese mismo ámbito, su expareja sentimental, Hollande, consideró que "Francia no puede ser el único país del mundo que dependa tanto de lo nuclear", y apostó porque el nivel de producción de energía nuclear "pase del 75 al 50%".

Hubo no obstante quien más allá de los matices quiso alejarse directamente del proyecto socialista, como Baylet, presidente del Partido Radical de Izquierda (PRG), que estimó que el PS "no tiene en cuenta la situación actual" y abogó por una Europa federal y un sistema fiscal "justo".