tragedia en Minsk

Una explosión en el metro de la capital de Bielorrusia deja al menos once muertos y más de un centenar de heridos

La escalera mecánica de la estación se ha venido abajo debido al atentado terrorista en plena hora punta

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Al menos once muertos y un centenar de heridos sería el balance provisional de víctimas del atentado perpetrado en una céntrica estación del metro de Minsk, la capital de Bielorrusia. La explosión, según la agencia oficial Belta, se ha producido en plena hora punta, casi a las seis de la tarde hora local, en la estación de metro de Oktiábrskaya. Su boca de salida se encuentra en la avenida de la Independencia, cerca de la residencia del presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko.

Según testigos presenciales, el artefacto ha explotado en el centro del andén, en donde se ha formado un "amplio cráter", y ha logrado derrumbar la escalera mecánica que conduce a la superficie. Lukashenko ha reunido inmediatamente a los responsables de seguridad de su Gobierno mientras el Ministerio del Interior ha anunciado la aparición inminente de un comunicado para informar sobre el alcance de la tragedia.

El servicio en la línea de metro ha quedado interrumpido así como el tráfico rodado en la avenida de la Independencia, a donde han acudido decenas de ambulancias y coches de Policía. Fuentes de Interior dan por hecho que lo sucedido es un atentado terrorista, aunque nadie ha avanzado todavía ninguna versión sobre la posible autoría.

Muchos de los vídeos grabados con los teléfonos de quienes se encontraban en la estación cuando ha tenido lugar la explosión han sido colgados en Youtube.

Que se sepa, en Bielorrusia no opera ninguna organización terrorista. No obstante, en julio de 2008, con motivo de los festejos conmemorativos del Día de la Independencia, explotó una bomba durante la celebración de un concierto al aire libre. Hubo 55 heridos y nunca se supo a ciencia cierta quién cometió el atentado. Se habló incluso de "gamberrada".

Lo cierto es que lo sucedido sirvió para apretar aún más las tuercas a la oposición, algunas de cuyas organizaciones fueron objeto de registros policiales. Se practicaron también detenciones entre quienes, según las autoridades, militaron en el pasado en grupos o movimientos radicales.

El pasado 19 de diciembre, tras unas presidenciales que ganó Lukashenko aplastantemente y que fueron consideradas "fraudulentas" por la oposición, hubo manifestaciones que acabaron con varios candidatos opositores en la cárcel. Numerosos manifestantes han sido también condenados a distintas penas de reclusión. Al primer mandatario bielorruso se le sigue considerando el "último dictador de Europa".

Por otro lado, las relaciones entre Minsk y Moscú siguen aún sin haberse restablecido del todo. Las causas de las desavenencias son diversas, entre ellas los precios del gas y el petróleo y la negativa de Lukashenko a reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, territorios que la comunidad internacional considera pertenecientes a Georgia.

En Moscú, cuyo metro ha sido varias veces escenario de ataques terroristas, se reforzó ayer la vigilancia por parte de las fuerzas del orden tras las noticias llegadas desde Minsk. Hace unos días, el líder de los extremistas islámicos chechenos, Dokú Umárov, volvió a amenazar con nuevos atentados en las grandes ciudades rusas.

Al menos once personas han muerto y más de un centenar han resultado heridas en la explosión ocurrida en hora punta en el metro de Minsk, capital de Bielorrusia, ha afirmado el presidente, Alexandr Lukashenko, poco depués de conocer la noticia. "No descarto que nos hayan podido traer este 'regalo' del exterior. Pero tenemos que mirar adentro. Los culpables deben ser encontrados", ha asegurado Lukashenko, tras visitar la estación de metro donde tuvo lugar la explosión para depositar un ramo de flores.

Poco después, Andréi Shved, fiscal adjunto bielorruso ha asegurado que era un atentado terrorista, según aseguró Andréi Shved, fiscal adjunto bielorruso. Al tiempo, ha subrayado que la fiscalía y las fuerzas de seguridad estudiarán todas las hipótesis de la explosión.

Lukashenko ha ordenado a las Fuerzas de Seguridad que revisen todos los arsenales y almacenes con municiones, según han informado las agencias rusas. Además, ha nombrado al jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB) responsable directo de la investigación penal de la explosión, ocurrida en la céntrica estación de metro Oktiábraskaya, que se encuentra en las inmediaciones de la residencia presidencial.

El líder bielorruso, considerado el último dictador de Europa, ha llamado a esclarecer a quién le conviene "echar por los aires la tranquilidad y estabilidad del país y a quién no le gusta esta estabilidad". "Hombres, nos han lanzado un serio desafío. Debemos dar una respuesta adecuada. ¿Quiénes son? Les pido que se apuren a la hora de responder a este pregunta", ha dicho.

Reforzada la seguridad en el país

Lukashenko ha ordenado aceptar la ayuda ofrecida por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, al tiempo que ordenó reforzar la seguridad en todo el país. La explosión ocurrió en el vestíbulo principal de la céntrica estación "Oktiábraskaya" poco antes de las 18.00 hora local (15.00 GMT), cuando en sus andenes se encontraban dos trenes repletos de viajeros.

Según testigos presenciales, varias personas fueron víctimas del repentino derrumbe de la escalera mecánica que conducía a la calle, lo que desató el pánico entre los viajeros, ya que también se apagaron las lámparas que alumbran la estación.

Las fuentes de las Fuerzas de Seguridad citadas por la agencia rusa Interfax apuntan que la principal versión que barajan en estos momentos como causa de la explosión es un atentado terrorista. "Las señales externas y la naturaleza de las heridas recibidas por los damnificados habla precisamente de un atentado", ha apuntado. Al vestíbulo de la estación descendió un equipo especial de artificieros con el fin de corroborar si la explosión fue provocada por un artefacto explosivo.